Sarella.
Y acá estamos, mirándonos frente a frente con tantas cosas por decir pero sin el valor para hacerlo. Harry vino a buscarme para ir a cenar, sin embargo, terminamos en mi departamento sin tener alguna intención de poner un pie fuera de casa. Su mirada intimidante solo hace que quiera hacerme una pequeña bolita delante de él.
Después de todo el alboroto de Aaron, me di cuenta de que mi corazón estaba empezando a latir por alguien, realmente no quise negarlo más, no podía engañarme a mi misma. Siempre había sido fiel a lo que había sentido, pero por primera vez en toda mi vida, tenía miedo de mis sentimientos. Sabía que era casi imposible que me correspondiera, a pesar de esto, correría el riesgo y se lo diría, tenía esperanzas dentro de mí de que esto fuera más que una idea loca en mi cabeza, de que yo no fuera la único que se sentía distinta estando cerca de él.
—¿Y bien? —le pregunté al rizado que se encontraba con la mirada perdida en el suelo.
—Mi papá me comprometió con Lucrecia —mencionó muy apenado.
Entonces todas las posibilidades de que algo pasara entre nosotros eran ya casi nulas, inexistentes diría yo, sabía que él no desobedecería a su padre.
—A mi me comprometieron con Aaron —susurré con miedo.
—Esto es una mierda.
—Supongo que debo felicitarte, Harry —le sonreí tratando de aparentar tranquilidad en todo mi cuerpo, sobre todo en mis expresiones, pero fue inútil.
—¿Felicitarme? —me miró con los ojos entrecerrados para colocarse de pie rápidamente. —¿En serio, Sarella?
—¿Qué esperas que te diga? —respondí nerviosa ante su pregunta.
—Nada —bufó para caminar hacia la puerta. Entonces con el poco valor y dignidad que tenía, por primera vez en mi vida, sentía que me estaba arriesgando en serio.
—Espera —lo tomé del brazo. —No sé cómo decirte esto —mordí mi labio nerviosa y suspiré. No seas cobarde, Sarella. —Me gustas Harry.
Lo que vino a continuación pasó muy rápido. El hombre parada delante mío me quedó mirando sorprendido ante mi confesión, pero en lugar de salir corriendo asustado como pensé que pasaría, me tomó de los brazos y me abrazó fuertemente. Mi rostro se escondió en su pecho pudiendo inhalar su perfume, sus manos acariciaban mi espalda en forma de pequeños círculos que lograban tranquilizar mi tembloroso cuerpo, al cabo de unos segundos, me dio un pequeño beso en la cabeza haciendo que mi corazón se acelerara.
—Tu también me gustas, Sarella —nos separó un poco para quedar mirándonos a los ojos. —Estoy enamorándome de ti.
Y eso bastó para que ambos soltemos una sonrisa complica. Él se acercó lentamente a mi, nuestras respiraciones se mezclaban y sus ojos se cerraron por inercia haciendo que repita su acción. Puedo jurar que escuché la canción Can't take my eyes off you dentro de mi cabeza cuando por fin me besó, cuando sus labios comenzaron a moverse sobre los míos, cohetes y serpentina era lo que imaginaba a nuestro alrededor. Éramos una bomba de tiempo que acababa de explotar y aunque tuviéramos a un ejército encima nuestro, luego me preocuparía de pensar en cual sería el siguiente paso.
Harry sonrió entre besos para tomar mi rostro entre sus manos, el beso se hizo mucho más urgente, y sin separarnos, caminamos hasta mi habitación con pasos torpes.
Harry.
Tome a Sarella de su pequeña cintura y caí encima de ella sobre su cama. Todo y todos desaparecieron cuando me perdí en esos ojos que me demostraban amor y miedo. Deje de pensar claramente cuando su aroma inundó mis fosas nasales, repartí besos en su cuello mientras podía escuchar pequeños jadeos, jadeos que me volvían loco.
Fue cuestión de segundos para que solo nos encontráramos en ropa interior. No habíamos dicho una sola palabra pero ambos sabíamos que no era necesario.
—¿Estás segura? —fue lo único que salió de labios al sentir como sus caderas se movían encima de mi bulto.
—Sí —susurró.
Y con ese permiso terminé por caer ante Sarella Salvatore. La pasión y el sonido de nuestros cuerpos chocar era el único sonido que se escuchaba, además de pequeños gemidos.
—Harry —susurró animándome a seguir.
Aceleré y ambos pudimos llegar al tan ansiado clímax.
—Eres increíble —susurré con la respiración bastante agitada.
—Y tú igual —susurró antes de darme un beso.
Caímos rendidos, realmente no sé cuantas horas pasaron pero al abrir los ojos, la poca luz que había entraba por la gran ventana de su habitación. Entonces pasó que confirmé que aquella chica que se encontraba dormida a mi lado con el cabello alborotado y los labios hinchados, me volvía loco.
Sarella era muy distinta a cualquier otra mujer que pude conocer, me hacía sentir cosas que jamás pensé experimentar, había calado tan dentro mío que asustaba. Poco a poco fue abriendo los ojos encontrándose con mi mirada, sonrió y se acercó a mí para darme un beso en la mejilla.
—¿Y ahora qué? —fue lo que dije con el miedo de escuchar algún arrepentimiento de su parte.
—No lo sé, no hablamos mucho que digamos.
—No me quiero casar —susurré mirándola, suplicando que en esa cabeza loca que tiene ocurriera alguna idea para librarnos de este desastre juntos. —Quisiera escapar de todo.
—Podemos hacerlo.
—¿Cómo? —me interesé en su plan.
—En unos días viajaré como siempre hacia Bali, viajo una semana normalmente cada año —la miré sorprendido, Bali quedaba al otro lado del mundo. —Si quieres, puedes venir conmigo.
—Debo trabajar.
—Lo sé, es solo que pensé que querías escapar de todo y todos.
—Quiero.
Nos quedamos unos minutos en silencio, ella tenía razón, estaba harto de todo esto, de trabajar, de que me digan que hacer, de Lucrecia y de cada parte de esta vida que odiaba. No lo pensé mucho, y le respondí.
—A la mierda todos —me dijo suavemente para volver a sentarse sobre mi regazo y acariciar lentamente mi cabello.
—A la mierda todos —contesté para lanzarme a besarla.
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Bohemian in New York [H.S]
FanfictionLa vida bohemia es algo que muy pocas personas pueden permitirse. Sarella Salvatore, una italiana que nunca encajó en lo que le enseñaron como "su mundo". ¿Cómo escapas de algo que te acompaña desde que naciste? Harry Styles, un arquitecto que sig...