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Sarella.

Entonces lloré por él y lloré por mi,  y recé de todo corazón para no encontrarme con él nunca más.

— Gabriel García Márquez.

¿Alguna vez han tenido ese sentimiento de querer morirse? ¿O ese sentimiento cuando crees que ya nada va a salir mal pero el destino vuelve a empeñarse a quitarte todo lo que te hace feliz? ¿Han tenido el corazón roto?

Cuando era pequeña, solía pedirle a mi nana que me colocara alguna película de amor en mi habitación. Recuerdo claramente abrir mis ojos al ver como el chico le regalaba flores a su novia, o como le besaba el dorso de la mano como si ella fuera lo más preciado en el mundo para él. Cuando crecí el amor era el último ítem en mi lista de deseos, había priorizado tanto mi libertad que la palabra amor  ni siquiera entraba en mi ranking de cosas importantes. Me gustaron muchos chicos, salí con varios y me enrede con otros, sin embargo, nunca nadie llamó había llegado a tocarme el corazón para creer que estaba viviendo mi cuento de hadas.

Sabía que el amor era algo mágico que todos buscaban, era lo que volvía idiotas a las personas y las hacía tener días excelentes o realmente malos. Lo más cerca al amor que pude tener fue cuando Nicole conoció a Louis, recuerdo que realizamos el test de una revista de cotilleo para averiguar si ella estaba realmente enamorada. Mi mejor amiga también creía que el amor era una porquería, pero creo que ella ni nadie esperaba que, con el pasar de los meses, Louis Tomlinson entrara en su corazón de una manera tan profunda que la mujer terminó perdida entre sus brazos. Me burlé mucho de ella e incluso le dije que me había abandonado en nuestro destino de solteronas, ella se comprometía y yo sería de ahora en adelante la tía adinerada y engreidora de sus hijos. Y bien dice que no hay que escupir al cielo, porque luego apareció Harry Styles, moviendo mis pensamientos y sentimientos como si un terremoto se tratara.

Realmente no soy consciente en que momento me enamoré de él, pero estaba segura de que era muy tarde para dar marcha atrás. Estaba enamorada de él, tan enamorada que las películas románticas que veía de niña cobraron sentido para mi. Y claro, el destino es una montaña rusa que, a veces, parece empeñarse en quitarte todo lo que te hace feliz, entonces Harry si se casará, pero no soy la mujer a la que le dirá sí acepto.

Me encuentro echada en mi cama con la misma ropa del día de ayer y el maquillaje corrido. ¿Por qué? Porque pasé toda la noche llorando. Nicole lloró conmigo, me abrazó, me consoló y no durmió hasta que pude pegar un ojo cerca de las cinco de la madrugada. Creo que lloré tanto que me sequé, lloré como hace mucho no lloraba. No tenía hambre, sin embargo, Nicole fue a preparar algo de comer las dos.

—¿Sare? —una voz conocida hizo que me reincorpore y lo miré con los ojos hinchados. —Hermana.

Zayn corrió hacia mí y me regaló una sonrisa para abrazarme.

—¿Qué haces aquí? —mi ceño se frunció ante mi desconsierto.

—Nicole me llamó y también me contó todo ¿Styles, en serio? —me regaló una mirada triste y rio solo un poco.

—Gracias por subirme el ánimo —lo golpee sorbiendo mi nariz.

—Iré a golpearlo, no me gusta ver llorar a mi hermanita.

—Yo también quiero golpearlo —mi mejor amiga apareció para sentarse en mi cama. —Louis también quiere golpearlo.

—Nadie va a golpearlo, que se vaya a la mierda, si él piensa rehacer su vida cuando hace dos días me juraba amor eterno, se puede meter su amor por el...

Bohemian in New York [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora