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Harry.

Entre a la recepción a paso rápido, todo estaba perfectamente decorado, muy vintage. Había un muchacho sentado que sonreía amablemente, parecía una estatua por lo quieto que estaba.

—Buenos días. Quisiera saber el número del departamento de la señorita Sarella Salvatore —de frente al grano.

—Buenos días —me sonrió el joven de corbata michi. —No le puedo dar esa información, pero puedo avisarle que está aquí si gus...

—¡No! —grité haciendo que el pobre hombre se sobresaltara. —Soy un viejo amigo y quiero darle una sorpresa.

—La señorita Salvatore jamás deja que de su...

—Por favor —rogué.

Me miró dudoso algunos segundos, luego llevó sus ojos hacia un papel debajo de su escritorio y me informó lo que quería. 

—Muchas gracias —le sonreí dejando un billete de cien dólares sobre su vitrina.

Sarella.

Got my sent of you de George Harrinson sonaba en mi estéreo. Amaba esta banda, no era gran fan del rock pero sus canciones eran hermosas. Me puse a bailar mientras tenía una copa de vino en la mano, esto era lo que amaba, poder bailar tranquila sin tener que preocuparme de nada. 

Llevaba un vestido suelto y largo sin nada abajo, un moño desarreglado en el cabello y algunas manchas en la cara ya que estaba terminando un cuadro.

La puerta sonó por tercera vez en el día, en serio esperaba de todo menos esto.

—¿Tú? —arqueé mi ceja. —¿Quién te dejó subir?

—El chico de recepción —se encogió de hombros queriendo parecer inocente. —La verdad es fácil de convencer, deberías tener cuidado.

—Es amable, es suficiente —mi cuerpo tapaba el poco interior que se lograba ver por la puerta

¿Qué hacía él aquí?

—¿No me dejaras pasar? —hizo un gesto con la mano mientras sonreía.

—¿Tengo otra opción? —me hice a un lado dejándolo ingresar.

Su perfume invadió mis fosas nasalea cuando pasó delante mío. Eran apenas las once de la mañana y él vestía de manera impecable su traje de trabajo mientras que yo estaba hecha una desgracia.

—Bonito —dijo dándole una mirada al lugar.

—No quiero ser grosera, bueno, en realidad no me importa serlo —dije con gracia. —¿Qué haces aquí?

—Necesito que me lleves a uno de esos lugares escondidos —volteo a mirarme.

Nuevamente su mirada me intimido mucho dejándome callada, tras unos segundos reaccione.

—¿Crees que tengo tu tiempo? —mi mano fue a mi pecho mostrándome indignada. —Además ¿Tú no deberías estar trabajando?

—Debería pero ocurrió un problema y... —se detuvo un segundo. —Disculpa si te incomodé —rápidamente caminó hacia mí en dirección a la salida pero lo detuve con mi cuerpo.

—Quieto, Styles —estábamos muy cerca. Era mucho más alto que yo por lo que alcé la mirada y me encontré con esos grandes ojos verdes, me di cuenta era muy bonita al igual que su cabello, de cerca parecía que lo habían creado con una delicadeza y perfección increíble, su vista verde se posó en mis ojos. —Si quieres te puedo llevar a algún lugar para almorzar —en su cara apareció una sonrisa de lado que me hizo sonreír.

Bohemian in New York [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora