Sarella.
Martin subió con la correspondencia. Sobres de trabajo, invitaciones a eventos, revistas, la boda de Harry y Lucrecia...
¡Todavía se atreve a mandarme la maldita invitación a su puto coctel!
Tomé mis cosas encima del mueble de mi cocina y salí disparada de mi departamento. Sin el menor cuidado y realmente enojada manejé hasta el gran edificio que ya conocía, llamé a la puerta tres veces y como no recibí respuestas, le metí una patada. Conduje hasta aquí por cuarenta minutos y no sería por las puras, la sangre me estaba hirviendo y todo por su maldita culpa.
—¿Sarella?
—Déjame pasar —lo empujé para adentrarme en su departamento.
—¿Qué haces aquí? Estaba durmiendo —su voz ronca me quería paralizar, pero no lo conseguiría, tenía que ser fuerte.
El rizado se encontraba parado frente a mi con el rostro cansado, tenía ojeras e incluso se notaba más delgado. Que guapo está, tres meses parecen haber sido una eternidad. Se ha dejado crecer la barba y sus rulos están un poco más largos, joder Harry, estás más guapo que nunca.
—¿Por qué sigues jodiendo, Styles? —me miró sin entender muy bien de que hablaba.
Enojada, tomé mi bolso y rebusqué hasta tener entre mis manos su maldita invitación para luego ponersela en la cara.
—No sabía que Lu te había invitado.
—Era obvio que lo haría, no seas estúpido.
—¡No entiendo que tanto me reclamas si también me llegó la tuya! —me reclamó alzando la voz.
—¿Será porque no tengo motivos para no invitarte? —reí sarcástica. —¿O quieres que le diga a mi padre que viajaste conmigo para engañarme, romperme el corazón y volver aquí a casarte con esa hueca?
—No la llames así —encima la iba a defender.
—¡Lo que faltaba, que la defiendas! ¿Pensaste que sería un buen juguete para ti, no? —estúpido.
—Joder, Sarella —caminaba de un lado al otro tirando de sus rizos. —¡Nunca juegue contigo! ¡Todo lo que te dije es verdad!
—Si, claro que sí —me burlé de su poca sinceridad. —¡Eres un cínico! —lo empujé haciendo que retrocediera. —Te entregué todo lo que tenía, todo lo que sabías que nunca le había dado a nadie y me pagas así ¿Porque tenías que hacerme esto, Harry?
Poco a poco lo que había guardado todo este tiempo explotó, mis lágrimas caían buscando una explicación mientras golpeaba su pecho sin parar. Harry notó mi desesperación y en sus ojos reflejaron algún tipo de tristeza, acto seguido tomó mis muñecas y me obligó a abrazarlo.
Al comienzo me puse rígida instintivamente pero con los segundos solté mi cuerpo hasta abrazarlo por voluntad propia. Estar entre sus brazos y poder oír mi corazón tan cerca nuevamente me hizo dar cuenta de lo mucho que estoy enamorada de él. Me sentí tan vulnerable de pensar que no podría amar a otro hombre como lo amo a él.
Lo amo.
Sí, lo amo.
—¿Por qué? —le dije más tranquila buscando su mirada.
—Sare —me susurró. —No tenía otra opción.
Harry empezó a narrarme todo lo que había pasado. Lo oía atentamente y de ves en cuando no podía creer el horror que estaba escuchando. Me daba pena y lástima el padre que tenía, era tan parecido a Eric que me causaba escalosfríos. A pesar de todo lo que oí, mi enojo aún seguía haciendome pensar que de todas formas fue un cobarde.
—Creo que fue una pérdida de tiempo venir —me levanté dispuesta a irme.
—Te he dicho toda la verdad.
—Me sigues pareciendo un cobarde, lo pudimos solucionar —mis lágrimas volvían a aparecer. —Juntos, no me hubiera importado vivir en la calle si era contigo.
—Sabes que hubiera sido más complicado no tener trabajo y encima quedarnos sin nada, Sarella.
—¡Harry, cállate! Yo no me hubiera quedado en la calle —tomé mi bolso decidida a irme. —Hubiéramos salido juntos de esta, joder.
Harry.
Cuando se dio la vuelta dispuesta a irse no soporté y tomé su mano para atraerla hacia mí. Apenas la sentí cerca y aunque en sus ojos hubiera decepción, la besé. Al comienzo quiso alejarse y luchó golpeandome el pecho pero luego se dejó llevar. La necesidad que tenía de tenerla entre mis labios y mis brazos era increíble.
Al verla aparecer en mi puerta mi cabeza no procesó que ella estaba ahí delante mío tan rápido como mi corazón. El organo de mi pecho se volvió loco y parecía querer salirse para abrazarla y decirle lo mucho que la había extrañado. A pesar de que estuviera enojada la tenía cerca otra vez, podía olerla, contemplarla y sentirla como hace mucho había querido.
Nos besamos sin detenernos a buscar aire para nuestros pulmones. Parecía que flotabamos en el aire perdidos en una nube de que nos sentíamos incapaces de bajar. Todo mi alrededor desapareció, solo estaba ella y mis ganas de adorarla.
Con cuidado fui guiandola hasta mi habitación, tenía miedo de que me detuviera, sin embargo, no lo hizo. La recosté en mi cama y me coloqué encima de ella. Mis manos viajaban con desesperación por su cuerpo mientras las de ella se perdían en mis rizos. El calor de la habitación aumentó y con ella la mía, mi bulto fue presionado contra sus piernas y en respuesta obtuve un pequeño jadeo.
De un momento a otro solo eran nuestros cuerpos unidos, amé sentirla nuevamente mía, amé tenerla solo para mí y amé escucharla gemir mi nombre.
—Harry —dijo con la voz agitada y el cabello desarreglado al llegar al ansiado clímax.
Estuve en el cielo cuando la vi tan desarmada y teniendo pequeños espasmos a causa de su orgasmo. Después de eso, me dediqué a pegarla a mi pecho y abrazarla.
¿Y ahora qué? Otra vez esa pregunta rondaba mi cabeza.
Ahora yo no quería casarme con alguien que no fuera ella.
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Bohemian in New York [H.S]
FanficLa vida bohemia es algo que muy pocas personas pueden permitirse. Sarella Salvatore, una italiana que nunca encajó en lo que le enseñaron como "su mundo". ¿Cómo escapas de algo que te acompaña desde que naciste? Harry Styles, un arquitecto que sig...