Sarella.
—Nos vemos mañana, Tina —cerré la puerta del estudio con delicadeza para dirigir mis pasos hacia la salida.
Hoy había decidido venir temprano, debía traer algunos cuadros que ya estaban listos y firmar algunos papeles también sobre las donaciones realizadas.
Busqué las llaves de mi auto en el bolso pero gracias a todas las cosas que llevaba entre mis manos, las llaves se cayeron al suelo haciendo que todo lo que traía en ellas también cayera. Maldecí en voz baja para ponerme de rodillas a recoger todo a mitad del gran estacionamiento.
Cuando finalice, la silueta de alguien oscureció el poco sol que había el día de hoy, alcé mi mirada para encontrarlo de vuelta.
—Que buen recibimiento —Styles sonríe descaradamente mientras mira hacia abajo.
—Jamás ¿Oíste? Ni en tus mejores sueños —me puse de pie y sacudí mis rodillas del polvo que pudieran tener. —¿Tú qué haces aquí?
—Hola a ti también, Sarella —se acercó riendo de mi actitud y lentamente depositó un beso en mi mejilla haciendo que su aroma invadiera mis neuronas.
—Hola niñito —le devolví esa sonrisa descarada, si quería intimidarme, el saldría intimidado. —¿A qué debo el honor de tu visita? —el sarcasmo brotaba por mis poros.
—Quería hablar contigo.
—Ahorita no puedo, estoy tarde, debo ir a mi clase de escalar —me abrí paso a un lado de él caminando para dejarlo parado.
—Te llevo —insistió siguiéndome el paso. —En serio quiero conversar contigo.
—Oh no —me detuve y giré a mirarlo. —He traído mi auto.
—Te llevo, por favor.
Acepté, ya que sabía que seguiría insistiendo y no quería demorarme más.
—Dejaré mi auto aquí pero me traerás de regreso para recogerlo ¿De acuerdo? —lo señalé y luego señalé a mi bebé estacionado.
—Trato —me regaló una estúpida sonrisa para luego guiarme hasta su lugar en el estacionamiento.
Dentro del auto su fragancia era mucho más potente haciendo que empezara a gustarme ese nuevo aroma, era muy varonil. Le indiqué la dirección y puso el auto en marcha.
—¿Y bien? —solté una vez que habíamos salido del estacionamiento.
—Quería disculparme contigo —una de sus manos libres fue a parar detrás de su nuca.
—¿Por?
—Por el problema que arme en tu departamento —habló haciendo que dirigiera mi mirada hacía él. —Sé que no debí buscarle la boca a Aaron, pero sinceramente no me cae nada bien —sus manos apretaron el volante mientras sus ojos se achicaron.
—¿Se puede saber el porqué al menos?
—Porque desde que era un niño nuestras familias nos han rivalizado, él siempre ha querido ser mejor que yo y como sabrás, también está a punto de heredar la constructora Rockefeller —asentí mientras lo escuchaba hablar.
—Eso de la rivalidad es estúpido pero te entiendo —le di una palmadita en su hombro dándole mi apoyo. —Aunque debo admitir que la cara de Aaron fue muy divertida —solté una carcajada haciendo que él se uniera.
—Parecía que había visto a un fantasma —reía mientras golpeaba el volante por la risa. —Pensé que te había pasado algo Sare, si te sucede algo, me muero —entré en ataque de risa luego de que Harry imitara muy bien a Aaron.
Entre risas sonó en la radio I was made loving you baby de KISS. Quiero decir que desconocí a Harry totalmente ya que empezó a sacar la lengua y mover la cabeza a distintos lados al ritmo de la música.
—Amo esa canción —sus hombros iban al compás de la canción.
—Chica, fuiste hecha para mi y yo, fui hecho para amarte —canté haciendo que me mirara sorprendido mientras reía.
—Fui hecho para amarte, bebé. Fuiste hecha para amarme —devolvió cantando el coro.
Al cabo de unos minutos llegamos al local finalmente. Cuando me di cuenta que rodeó el auto para abrirme la puerta rodee mis ojos y le agradecí para luego bajar. Pensé que el castaño esperaría en algún lugar que no fuera a mi lado, sin embargo el sonido de unas pisadas tras de mi me confirmaron que no entraría sola.
—Así que aquí pierdes tu tiempo —Harry miró el sitio con las manos en su cintura.
—Así como tu lo pierdes en tu oficina —caminé hasta la recepción y saludé a la señorita que atendía.
—¿El joven va a tomar clases con usted? —cuestionó ella haciendo que Harry volteara cual exorcista.
—Sip —solté una risita ante su cara.
—¡¿Qué?! No. Sarella, me dan miedo las alturas y no tengo el atuendo adecuado, además que..
—Eso se soluciona rápido —luego de agradecer a la recepcionista, lo tomé de la mano y lo arrastre hacia los vestidores.
Después de sus quejas, advertencias y rabietas, Harry Styles caminó tras de mi de manera obediente. Cambiados salimos hacia el gran salón en donde se encontraban enormes muros para escalar y otros para hacer gimnasia. La música sonaba en todo el ambiente y varias personas estaban en lo suyo.
—Hola Dean —mi instructor me saludó con un beso en la mejilla y a Harry le dio un apretón de manos.
—Bonita ¿Quién es él? —la vista de Dean fue de pies a cabeza de Harry. Si, es gay.
—Un amigo —sonreí al ver al rizado asustado mientras observaba y calculaba la altura de las grandes paredes. —¿Pueden ponernos los arnés? Yo le enseño.
Dean fue a buscarlos dejándome a solas con la víctima.
—Si no logro sobrevivir, quiero dejar constancia que es únicamente tu culpa —su dedo me señaló mientras movía su cabeza de manera graciosa.
—Que gran responsabilidad —me burlé.
—Toma, Sare —Dean extendió sus manos para entregarme los arnés, seguido de eso, propuso ayudarnos.
Fue muy gracioso ver como quería colocarle el traje a Harry pero él se negaba educadamente.
—Tienes que ir subiendo despacio sosteniendo las piedritas que ves, es realmente sencillo, no vas a morirte —tomé un poco de tiza entre mis manos y él imito mi acción.
—Dile a mi mami que la amo —pasó saliva y se puso en posición.
—Calma, Styles, si te caes, yo te atrapo —le guiñé el ojo y comencé a subir.
Harry parecía un pequeño niño asustado mientras iba subiendo, su sudor se notaba desde más arriba y también el temblor de sus piernas, yo por mi lado me reía internamente mientras seguía escalando. Lo que normalmente me toma cinco minutos, me tomó diez con Styles asustado.
Sim embargo sabía que era su primera vez y aunque estuviera burlándome de él, lo esperé y fui a su ritmo. Una vez llegamos a la cima, tensé mi arnés para quedar sentada colgando.
—Ya casi —susurró para luego llegar a la cima y sacar la pequeña banderita roja.
—Bravo, Harry —aplaudí viendo como su pecho subía y bajaba.
—Mierda, te odio —renegó intentando no mirar hacia abajo.
—Eres una nenita.
—Y tu eres una..
No pudo continuar porque en lugar de tensar su arnés, lo soltó haciendo que quedara colgando de cabeza. Instintivamente solté mi arnés quedando igual y un ataque de risa se apoderó de mi al ver su cara de susto total.
—¡Te odio, Sarella Salvatore! —gritó haciendo reír a todos en el salón.
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Bohemian in New York [H.S]
FanfictionLa vida bohemia es algo que muy pocas personas pueden permitirse. Sarella Salvatore, una italiana que nunca encajó en lo que le enseñaron como "su mundo". ¿Cómo escapas de algo que te acompaña desde que naciste? Harry Styles, un arquitecto que sig...