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Harry.

El día de hoy sería bastante productivo aunque caótico. Las tres paradas que tengo por hacer van a cambiar definitivamente mi vida, el terror y el pánico se apoderan de mi y admito que quiero salir corriendo a esconderme bajo mi cama, sin embargo, es momento de enfrentarme al mundo.

Todo sea por el futuro que sueño y anhelo.

Empezando porque rompería mi maldito compromiso. Había decidido hacerme cargo de lo que ocurre en mi vida y no saben nervioso pero también feliz que me siento. Debo admitir que mucho tiene que ver Sarella en esto ya que me impulsó a terminar con este circo de una buena vez. Crucen dedos, que si todo sale bien, en la noche estaré al lado de la mujer que amo.

Primera parada: Casa de mis padres.

Agradecí a Peter por estacionar mi auto, desde lejos miré la gran puerta que se hacía diminuta conforme me iba acercando, antes de entrar me acomode el saco, tome aire y giré la perilla. La casa se encontraba en silencio como era costumbre, caminé rápidamente hacia el estudio de papá pero Luz me dijo que se encontraban en el comedor, le agradecí y cambié mi rumbo. Cuando ingresé los encontré a ambos desayunando, perfecto.

—Harry, buenos días —mamá me da una dulce mirada y yo me acerco a darle un beso en la cabeza.

—Buenos días —saludo a Des que lee atentamente el periódico. —Debo hablar con ustedes.

—¿Es sobre el compromiso? —pregunta mi padre dejando su lectura de lado.

—Así es —vamos, Harry, es tu momento.

—¿Qué ocurre, hijo? —mi madre acomodó sus lentes con leves movimientos, prestando atención.

—No me voy a casar —solté sin más.

Sus rostros se volvieron inexpresivos, esperaba algo más.

—¡¿Qué?! —Des gritó levantándose de la mesa.

Hablé antes de tiempo.

—Que no me voy a casar con Lucrecia.

—No estamos para juegos, Harry, sabes bien que...

—Basta ¡Estoy harto! No me pienso casar con esa mujer solo porque a ti te da la gana —espeté enojado caminando hacia él. —¿Cuándo en tu maldita vida te hemos importado, cuándo te ha importado mamá? ¿Liam, Gemma? Ni siquiera tengo que mencionarme porque te importa una mierda lo que suceda con nosotros —mi pecho subía y bajaba de lo rápido que estaba hablando.

—Harry, cálmate, el asma —mamá se levantó de su silla y corrió rápidamente a mi lado.

—No, mamá. Eres un hijo de puta por tratarla así, por humillarla, por alzarle la voz cada vez que te da la gana. Es mi madre, te juro que nunca más en tu perra vida vas a volver a verle la cara, ni a ella ni a mí —lo señalé enojado, el hombre solo me miraba parado delante mío. —Odio lo que soy, odio mi maldito trabajo y odio ser arquitecto, carrera que estudié para complacerte y ni por eso pudiste...

—Harry, ya basta —Liam apareció tomándome del hombro obligándome a retroceder.

—Renuncio a tu maldito trabajo, renuncio a tus lujos, al maldito compromiso, renuncio a ser tu hijo, porque créeme que prefiero vivir en la calle que compartir algo contigo de ahora en adelante.

—Harry —mamá sollozaba a mi lado temblando, Liam la abrazó y me miró esperando que aceptara irme, pero faltaba lo último.

—Si me caso será con Sarella Salvatore, la única mujer con la que soy y seré feliz en mi vida ¿Entiendes, Styles? —Des me miraba desafiante pero en sus ojos pude ver arrepentimiento, si lo sentía era muy tarde, él me importaba una mierda. —Ni se te ocurra correr a avisarle a su padre, no te metas con ella, no te metas con mis hermanos ni con mi madre nunca más, para mí Des, estás muerto.

Bohemian in New York [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora