24

474 25 10
                                    

Sarella.

Han pasado tres días tan rápido que quisiera congelar el tiempo.

No tengo palabras para describir lo perfecto que está siendo Harry conmigo. Es atento, caballero, se preocupa por mi, me cuida y me llena de mucho amor. El despertarme con sus rizos encima de mi pecho luego de no dormir casi nada por las noches se ha vuelto mi rutina favorita. Mi corazón no pudo seguir resistiéndose y cayó directo a sus pies, embobada por sus gestos, sus risas, la manera en la que me observa y como recuerda cada detalle tonto que puedo contarle.

No puedo evitar mirarlo y pensar ¿En dónde estuviste toda mi vida?

El guía hablaba pero yo solo me concentraba en lo guapo se veía Harry con esa bandana en la cabeza. El rizado le hacía preguntas y esperaba las respuestas como un niño muy atento pero luego. se gira hacia mí con una sonrisa y me demuestra que me ha atrapado mirándolo.

—Me siento muy observado —Harry se acerca a mí para regalarme un beso en los labios.

—Lo siento, no puedo dejar de pensar en que te ves muy guapo con esa bandana.

—Me veo increíble, lo sé —mueve sus cejas coqueto.

—Que narcisista eres, la verdad te ves más joven —lo atraje hacía mí para abrazarlo por su cintura. —Pareces un universitario.

—Quizá en otra vida nos hubiéramos conocido en la universidad, te hubiera perseguido hasta conseguir una cita, quizá te hubiera robado un par de besos antes de nuestra tercera cita, todo hubiera sido perfecto. Luego de terminar nuestras carreras estaríamos por casarnos y tendríamos diez hijos —no pude evitar adorarlo más cuando terminó de hablar. Me pareció tan tierno, sin embargo la culpa no me dejaba disfrutar en paz y él lo noto. —Saca esos pensamientos de esa hermosa cabecita, estamos disfrutando hoy —me dio un beso largo haciendo que sintiera cosquillas y perdiera la noción del tiempo.

El resto de la tarde pasó tranquila, regresamos al hotel luego de recorrer las zonas más turísticas. Cuando nos encontrábamos almorzando, una joven nos repartió un pequeño folleto sobre un festival de música electrónica parecido a Coachella, sin pensarlo dos veces le pedí a Harry asistir.

—¡Vamos, porfis! —le hice cara de cachorrito.

—Pero lanzan pintura y agua —mencionó con el ceño fruncido leyendo el folleto.

—Mejor.

Antes de que pudiera responderme, un grupo de personas apareció con trajes típicos danzando en medio de la pista, Harry y yo empezamos a aplaudir emocionados, eran muy coloridos y la música animaba a bailar. Un hombre vestido con una especie de manto verde señalaba a las diferentes mesas para retarlos a comer una especie de gusano exótico típico de Bali. Cuando me di cuenta abrí los ojos y me escondí metiendo mi cara en el plato, no había forma de que comiera eso. Para mi mala suerte el hombre se acercó señalando a mi acompañante, quien levantó la mano sonriente, idiota.

—¡Aquella pareja! —nos apuntó con su micro. —¿Desde dónde vienen a visitarnos?

—Nueva York —Harry respondió con una gran sonrisa en el rostro.

— ¡América, wow! Ustedes tendrán el agradable placer de probar este rico gusanito —otro joven se acercó con un plato lleno de estos.

—No hay forma que coma eso —susurré.

—Oh vamos, se pueden ofender —Harry tomó un pequeño gusano y me lo entregó.

Diosito, ayúdame.

—¡A la cuenta de tres! ¿Listos? —el anfitrión empezó a hacer que las personas aplaudieran y me sentí tan presionada que cuando terminó la cuenta, tragué el gusano. —¡Palmas para los americanos!

Bohemian in New York [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora