No podía creer que estuviera ahí otra vez.
Todos los días lo mismo, como si fuera nuevamente un adolescente esperando ver a la chica que le gustaba antes de entrar a clases.
Nick sabía que ella subía sus videos siempre alrededor de las diez de la mañana, por lo que esperaba al menos hasta el mediodía antes de entrar a revisar. Quería dejar que hubiera unos cuantos comentarios antes del suyo y además no deseaba parecer desesperado, pero lo cierto es que hoy sí que lo estaba, al menos un poco.
¿Cómo es que se le había ocurrido hacer una tontería así? ¡Era un hombre adulto por dios!
Aunque bueno, en cierto modo estaba bien, porque si ella decía que no, podía quedar todo como una broma o un tonteo inofensivo entre ambos.
¡Pero lo vería todo el mundo!
Ya podía imaginarse las preguntas que le caerían en las próximas entrevistas que diera, tanto si Amelie decía que sí, como si decía que no.
Sus fans nunca imaginarían lo enormemente agradecido que estaba con ellos por haberlos conectado. Cuando se conocieron en aquella fiesta le habría gustado charlar un poco más con ella, pero ambos tenían mucha gente con la que hablar y saludar, por lo que no pudieron pasar más allá de las presentaciones formales.
Habría sido raro y probablemente un poco siniestro, que la muchacha se encontrase al día siguiente con un mensaje privado suyo o cualquier otra cosa por el estilo. Así que, desafortunadamente, su breve encuentro parecía haber quedado en nada.
Pero gracias a su increíble grupo de fans, que habían visto su video y habían "metido presión" él había tenido que salir y hablar con ella, disimuladamente. Era sencillamente genial, sin querer estaba todo encaminado, podía contactar con la encantadora Amelie Lennox y nadie pensaría mal o lo vería raro.
Pero claro, tal vez invitarla a salir no había sido una buena jugada, al menos no tan pronto. Dichoso desesperado, tendría que haber esperado unos días más. Pero es que también le daba miedo que todo se olvidara y de esa forma perdería esa valiosa oportunidad que parecía haber caído del cielo.
Bueno ahora ya estaba hecho, sólo quedaba esperar los resultados.
No entendía por qué estaba tan nervioso ¿Qué demonios le pasaba? Ni que fuera la primera chica con la que iba a salir...
— Bien, relájate, Nick, tú puedes...
Respiró hondo varias veces tratando de calmarse y abrió la aplicación.
— ¡Hola! ¿Qué haces? — Nate, su mejor amigo, apareció de la nada y se dejó caer al lado suyo en el sofá, haciéndolo saltar del susto.
— ¡Ay! ¿Qué haces aquí? ¿Cómo demonios has entrado?
— No lo sé, ¿Por la puerta? — Se estiró y empezó a comerse el sándwich que Nick apenas había tocado, hasta que su dueño lo miró mal. — De acuerdo, dejo tu estúpida comida en paz y he golpeado montón, pero no me oías, así que entre por la puerta del jardín. Deberías poner seguridad, cualquier día te secuestran aquí en tu propia casa ¿Y quién lo sabría?
— Ya te has comido casi todo el sándwich, acabalo. Y nadie va a secuestrarme ¿Quién querría hacerlo? Que tontería.
— Eh... ¿cualquier fan que lo sepa? ¿Qué haces? —Le quitó el teléfono de las manos para ver que estaba haciendo que lo tenía tan distraído. — ¿En serio Nick? ¿La escritora todavía? No te voy a negar que es mona, pero...
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¿Me voy a Marte o me quedo contigo? [COMPLETA]
RomanceAmelie Lennox es una escritora novel a la que gusta estar muy cerca de sus lectores y compartirlo todo con ellos y con su amiga Bris, claro. Todo funciona genial en su vida, hasta que conoce a Nicholas Collins, una sensación en Hollywood y el hombre...