Un año después...
Amelie acomodó bien su delicado vestido blanco en la silla tratando de que no se arrugase. Todo estaba siendo tan maravilloso ese día que le daba pena tener que ausentarse unos minutos, pero quería hacerlo y además le parecía lo más indicado, una encantadora despedida temporal de todos sus amigos de internet puesto que estaría un par de meses desconectada de todas sus redes.
"¡Hola mis bellas y encantadoras personas! ¿Qué tal me veo?"
Preguntó con una brillante sonrisa dirigida directamente hacia a la cámara mientras posaba con su vestido de novia. Hermosa, cualquiera podría haberlo gritado, con un maquillaje delicado y variedad de diminutas flores blancas brillando en la intricada trenza rojiza que llevaba.
Lucía muy bella, como una delicada criatura del bosque, con la felicidad desbordando por cada poro de su piel haciéndola ver todavía más bonita. No era para menos, se acababa de casar con el amor de su vida y ante ella se abría un mundo de maravillosas posibilidades y buenos deseos.
"Muy bien espero. Bueno, se supone que debería de estar ahora mismo bailando en mi fiesta de bodas, como se habrán imaginado al ver mi atuendo."
Continuó hablando sin dejar de sonreír a la cámara en ningún momento, aunque algo que había detrás de la misma llamaba constantemente su atención.
"Pero también quería compartir un rato con ustedes, por una parte, porque quería despedirme... Sí, como lo oyen... siento darles la noticia, pero he decidido apartarme de las redes."
Puso cara de pena y desvío la mirada tratando de ocultar una sonrisa. Al final no consiguió aguantar mucho así que volvió a mirar el objetivo con una carcajada dichosa.
"Solo temporalmente, no se asusten. Me tomaré en serio el tema la luna de miel para disfrutar de mi adorado marido... ay que raro suena llamarlo así. Marido, ma – ri – do, Mariii – do. No me acostumbro, aunque les confieso que la idea me encanta."
Sus ojos se encontraron con los de él en la distancia, es verdad que era extraño, aún no se hacía a la idea de que estaban casados, pero no importaba, tendría toda la vida para adaptarse al maravilloso plan de que estarían juntos y felices para siempre.
"Bueno, el caso es que estaré muy ocupada con el Señor Marido y por eso decidimos los dos tomarnos un par de meses fuera de las redes sociales y de todo en general. Serán unas vacaciones totales. Pero no se preocupen que a la vuelta seguro que vengo cargada de anécdotas e historias que contarles, porque no tengan dudas de que les echaré de menos.
Ya saben los especiales que son para mí, por eso también quería estar precisamente hoy un ratito con ustedes, como si pudiera tenerles aquí formando parte de la fiesta. Después de todo me han ayudado tanto siempre, sobre todo para hacer este día mucho más único, con sus consejos sobre la decoración, flores... e ¡Incluso con mi vestido!"
Como había permitido y aceptado las recomendaciones de sus seguidores cuando empezó toda su historia con Nicholas y les había ido tan increíblemente bien, le pareció que era una buena idea hacerles también participes de los preparativos de la boda. Comenzando con un vídeo donde les enseñaba su anillo y les contaba como había sido la hermosa pedida de mano.
Después de todo, los habían acompañado durante todo el camino, desde el principio. Aunque en esta ocasión no se los contó todo, todavía no les revelaba quien era su verdadero amor y con quien había aceptado gustosamente pasar el resto de su vida.
Volvió a mirar algo o más bien a alguien que estaba más allá de la cámara. Habían dudado y debatido durante mucho tiempo sobre hacer aquello o no, pero al final decidieron que se presentarían como ellos quisieran.
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¿Me voy a Marte o me quedo contigo? [COMPLETA]
RomanceAmelie Lennox es una escritora novel a la que gusta estar muy cerca de sus lectores y compartirlo todo con ellos y con su amiga Bris, claro. Todo funciona genial en su vida, hasta que conoce a Nicholas Collins, una sensación en Hollywood y el hombre...