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***Kagome***
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Subí las escaleras hasta el tercer piso de ese edificio. Mi corazón se encontraba agitado, había llegado hasta aquí con cierta determinación, pero de repente mi mente comenzó a atacarme con un sinfín de cosas. Tal vez ni si quiera se encontrará en casa, yo era la única que no tenia una vida social. O tal vez pudiera estar descansando. ¿Y si se molestaba por venir aquí sin avisar? Todos esos pensamientos hicieron que me quedara viendo el timbre, dudando y arrepintiéndome con cada segundo que pasaba. De pronto, recordé a Rin, lo que me había dicho de buscar la verdad o al menos el punto de vista de la otra parte, también recordé que, hasta este momento, Inuyasha no había hecho mas que cuidarme, extrañamente había estado en todos los lugares que lo necesitaba y había sabido como calmarme. Yo en lugar de corresponder a eso, lo que hice fue aislarme e ignorarlo completamente, si ni siquiera darle una oportunidad de defenderse. Antes de tocar el timbre lleve mis dedos índice y anular hacia mis labios, recordando aquel casi beso que habíamos tenido.
-Definitivamente no puede ser una mala persona- dicho esto toque el timbre con todo el terror del mundo. No paso mas de 1 minuto cuando la puerta se estaba abriendo y esos ojos dorados me miraban con gran asombro.
-¿Kagome? ¿Qu—Que estas haciendo aquí?- sus ojos me miraban de arriba abajo, no se si era para asegurarse de que se tratara de mi o fuera algo mas.
-Vengo a hablar... ¿Puedo pasar?- Inuyasha aun me miraba con cierto asombro, pero al escuchar mis palabras se hizo a un lado para que pudiera pasar a su departamento. Tengo que admitir que lo pensé un poco antes de avanzar, pero al final, decidí hacerlo. Ya adentro Inuyasha se quedo observándome al igual que yo a él, creo que en este momento los dos estábamos igual de perdidos.
-¿Quieres algo de tomar?- Inuyasha rápidamente quiso huir de mi, con la excusa de ir por algo de tomar, ni si quiera le importo si le había contestado, él ya se encontraba en la pequeña cocina, a lo cual yo lo seguí.
-Solo quiero un poco de agua- le dije mientras tomaba asiento en una de las sillas del comedor, estaba tratando de ordenar mis ideas, cuando Inuyasha puso el vaso de agua aun lado mío pude notar que se encontraba nervioso, después tomo asiento en la silla de enfrente.
-Me sorprende que hayas venido- soltó de repente esas palabras y en su mirada se podía ver cariño, traté de flaquear ante aquellos ojos dorados y solo me deshice de esas imágenes de mi mente.
-Si no venia aquí tu no dejarías de ir a la universidad- abrió los ojos de mas a raíz de mi comentario
-¿Cómo lo sabes?
-Tu no pasas desapercibido y mucho menos vas a generar empatía con los demás si siempre traes esa cara y pinta de chico malo- había escuchado por mis compañeras que había un sujeto extraño en la facultad. Ni si quiera tuve que preguntar por su descripción, tan solo vasto con que mencionaran su peculiar cabellera blanca para saber que se trataba de él.
-Quería hablar contigo- también sabia eso, no se cuantas veces me mando mensajes y me llamo durante los días que estuvo mi hermana. Pero aun en esos días tenia miedo de enfrentarlo, de saber la verdad.
-Pues aquí estoy, así que habla- me quede observándolo unos momentos. Se veía claramente que no sabia como comenzar, espere unos segundos mas y cuando estaba a punto de desesperarme y hablar él por fin dijo algo.
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SOLO BUSCABA UNA VIDA NORMAL
RomanceKagome Higurashi tiene 24 años y estudia su tercer año en la carrera de medicina. Trata de vivir su vida con un perfil bajo, ya que es lo que más desea. Pero le es imposible debido a su hermana mayor, Kikyo, una actriz famosa, reconocida por todas l...