Capítulo 34: Duelo

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***Rin***

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A pesar de todo no podía llorar, todo continuaba atorado en mi garganta, Sesshomaru seguía mirándome fijamente, tal vez quería demostrarme que estaba diciendo la verdad. Al ver que yo no reaccionaba o decía algo, presiono un botón en su teléfono y segundos después apareció el señor Jaken por la puerta.

-Llévatela, no puedo seguir perdiendo el tiempo- sentí la presencia del señor Jaken detrás de mí y después su mano en mi brazo.

-Vamos, señorita Takumi- sentía retumbar mi cabeza con mi propio sonido de mi corazón. Al ver que no me movía comenzó a poner presión para que lo hiciera, mientras que Sesshomaru había vuelto a sus documentos. Yo solté de mala gana mi brazo de su agarre para después poner las manos sobre el escritorio haciendo un sonido fuerte.

-Escúchame bien Sesshomaru Taisho- él había vuelto a verme un poco sorprendido por mi acción- no se que clase de mierda de ser humano te crees para jugar así con las personas, pero puedo jurarte que una vez que salga por esas puertas jamás en tu vida volverás a saber de mi- en mis ojos estaban comenzando a formarse lagrimas, primera señal de que todo en mi mente estaba comenzando a derrumbarse por completo. Los ojos dorados temblaron un poco, pero su expresión dura no cambio ni un solo instante.

-Haz lo que quieras- de nuevo sentí las manos de Jaken sobre mí y yo di unos pasos hacia atrás volviendo a zafarme de él.

-Señorita...

-Recuérdalo Sesshomaru, yo estaré muerta para ti- por fin una lagrima rodo por mi mejilla y yo la limpie rápidamente antes de darme la media vuelta y comenzar a caminar hacia la puerta. Quería mantener mi cuerpo estable, al menos el tiempo suficiente para irme de esta compañía, no tenía idea como lo iba hacer, pero no me permitiría mostrar mas debilidad ante él.

Cuando toque la puerta pensé en detenerme, la verdad era que quería que él me detuviera, que por una vez, en el tiempo que lo conozco, fuera capaz de luchar por nosotros. Pero aun cuando me vio atravesar esas puertas, no hizo nada para detenerme. Confirmándome que yo realmente no significaba nada para él.

-Señorita por favor permítame acompañarla- mi mirada estaba hacia el frente, pero realmente no podía ver nada, era como si todo se hubiera oscurecido. Aun así negué con la cabeza- Señorita...

-No tienes la obligación de tratarme bien- mis palabras comenzaban a salir casi como un susurro, debido a todo el llanto que estaba guardando en mi garganta- no necesito nada que venga de ustedes- mi vista seguía hacia el frente, pero, conocía demasiado bien a Jaken como para saber que mis palabras lo hacían sentir incomodo, o bueno, al menos esa fue la personalidad que me mostro, tal vez al igual que su jefe, todo fue una fachada. Toque el botón del ascensor y sentí a Jaken cerca mío- dile que no era mentira, jamás volverán a saber de mi- le dije al señor Jaken antes de entrar sola en el ascensor, ni si quiera podía enfocar al señor Jaken aun cuando lo tenia en frente de mi.

Los pisos fueron bajando y mi mente aun se encontraba saturada, no importaba cuantos pisos fueran pareciera que mi mente ni siquiera podía procesar el hecho de que nos encontrábamos bajando. Limpiaba de vez en cuando unas pequeñas lagrimas que salían, aun no era momento de soltar todo el llanto, aun no me encontraba en un lugar seguro. De pronto comencé a preguntarme si ese lugar realmente existía, de nuevo me encontraba sola, aun cuando tenía amigos, no podía ir a ellos sin pensar que en algún momento me advirtieron que esto pasaría. Tal vez la única culpable de todo esto era yo misma, desde el momento en el que acepte una relación con él, desde el momento en el que acepte este trabajo, desde el momento en el que decidí volver hablar. Las lágrimas estaban formándose cada vez más rápido, así que me apresure a salir de la compañía.

SOLO BUSCABA UNA VIDA NORMALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora