Capítulo 41: El tiempo corre

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***Rin***

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Mientras volvía de nuevo a la consciencia pude escuchar voces a mi alrededor, la verdad me costó identificarlas y por un breve momento me asusté al pensar que tal vez se trataban de los hombres de Naraku que venían por nosotras. Cuando por fin pude reconocer la voz de Inuyasha mi cuerpo automáticamente se relajó, aunque eso solo duros unos segundos ya que recordé el porque me encontraba ahí. Como pude obligue a mi cuerpo a reaccionar más rápido mientras que ponía atención a las palabras de los que se encontraban conmigo.

-Sesshomaru, entiende que ahora solo tenemos unas horas- Inuyasha sonaba cansado, como si esas palabras se las hubiera repetido un sinfín de veces a Sesshomaru

-Y yo te dije que no podemos acelerar el proceso de Rin, ella despertara cuando su cuerpo lo sienta necesario- en cambio Sesshomaru sonaba fastidiado, a diferencia de la lejanía de la voz de Inuyasha, la de Sesshomaru podía escucharla cerca de mi- Hermano, entiendo tu preocupación, créeme que sí, pero ella ya ha pasado por mucho, no podemos simplemente obligarla a despertar. Tu bien sabes lo que puede pasar- ¿Había escuchado bien? ¿Sesshomaru le dijo hermano a Inuyasha? Creo que en ese momento las esperanzas de que no me encontrara en un sueño se desvanecieron completamente. Aun sabiendo que posiblemente estuviera secuestrada por Naraku decidí abrir poco a poco los ojos.

-Felicidades idiotas, han logrado despertarla- esa voz era del doctor Totosai. La luz de la habitación me causaba molestias, pero aun así después de unos cuantos parpadeos pude enfocar bien a los demás. Casi al mismo instante en el que mi mente se fue encontrando con cada uno de los tres rostros que me miraban fijamente, mis lagrimas brotaron rápidamente nublando de nuevo mi vista.

-Rin- Sesshomaru se había acercado más a la cama, hasta que se sentó y me tomo en sus brazos, yo lo único que hice fue seguir llorando. Me encontraba a salvo, él era real. Podía sentir sus brazos fuertes protegiéndome y el aroma que de alguna manera había quedado impregnado en mi memoria, se encontraba ahí

-Estoy aquí...estoy a salvo- logre decir mientras que Sesshomaru seguía abrazándome y yo enterraba más mi rostro en su pecho.

-Claro que estas Rin- dijo Sesshomaru con voz dulce. Una voz que pensé que jamás en mi vida volvería a escuchar. Después de unos segundos me separé un poco de él y sentí un apretón en mi pierna derecha. Al voltear hacia ahí vi la mano de Inuyasha y como pude me enderecé para indicarle que se acercara. Él entendió y Sesshomaru se alejó un poco aunque aún podía sentir su calor cerca de mí. Inuyasha tomo mis manos y yo de nuevo comencé a llorar fuertemente.

-Lo siento mucho Inuyasha, no pude... no pude traerla conmigo- No podía ni mirarlo a los ojos, sabia sin verlo cuanto estaba sufriendo y yo no podía hacer nada para aliviar ese dolor. Sentí la mano de Sesshomaru en mi espalda y un apretón un poco más fuerte en las manos me hizo voltear a ver a Inuyasha.

-Rin, no tienes idea lo que me alegra que estes a salvo, en serio- sus ojos dorados me miraban con cariño, aunque en el fondo él mismo estaba muriendo- ahora necesitamos que nos cuentes lo que recuerdas, algo que nos ayude a llegar a ella- pude escuchar un quejido de Sesshomaru y los dos volteamos a verlo.

-No te sobre esfuerces Rin- negué con la cabeza y antes de soltar las manos de Inuyasha le sonreí.

-Se que tenemos el tiempo en nuestra contra y ayudare en todo lo que sea necesario para encontrar a Kagome- vi un poco de esperanza en los ojos de Inuyasha, al parecer esa era la respuesta que esperaba. Viendo la actitud que traía Sesshomaru era comprensible el porque Inuyasha se encontraba tan desesperado. Mientras que volví a acomodarme en la cama sentí unos estirones en diferentes partes, debo de ser sincera diciendo que me los esperaba, pero eso no evito que hiciera caras de dolor.

SOLO BUSCABA UNA VIDA NORMALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora