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***Rin***
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Cuando entre a la cocina me sorprendió darme cuenta de que no había nadie, aunque debo de admitir que también me hizo sentir mas tranquila. Esta casa era enorme y aun así siempre había gente por todos lados, así que sentir esta soledad por unos momentos era realmente reconfortante. Al no haber nadie tomé un poco de agua y una manzana del refrigerador, me di cuenta de que en la cocina había una puerta que al parecer daba al jardín de la casa. Necesitaba un poco de aire fresco así que salí tranquilamente. El jardín ya lo había recorrido el día anterior, pero aun así no logro acostumbrarme a la majestuosidad del lugar, además de todos los colores que se podían apreciar. Decidí sentarme en un espacio donde el césped se podía ver fresco y cómodo, me quedé unos minutos observando el lugar, las flores, las plantas y los grandes arboles que se hacían lugar por la residencia. No eran muchos, pero si los suficientes para generar una sombra cómoda y fresca, estaba muy perdida en mis pensamientos cuando sentí una mirada puesta sobre mi, era tan pesada que no podía moverme. El sentimiento que generaba esa mirada es como si estuviera a punto de ser comida por algo, en este mismo momento me sentía la presa.
-¡Ah-Un vuelve aquí!- alcance a escuchar el pequeño grito de alguien cuando voltee a ver de que se trataba al blanco, enorme y peludo ya se encontraba encima de mi, sin darme tiempo alguno de poder reaccionar- ¡Ah-Un no lo hagas!
-¿Por qué lo dejaron salir con la señorita ahí?- yo aun no podía ver absolutamente nada mas que el enorme animal encima mío.
-Dijeron que no había nadie afuera- escuche a las dos mucamas acercarse rápidamente. Mientras tanto utilice mis manos para quitarme gran parte del pelo que no me dejaba ver y lo siguiente que observe fueron los dientes. Se trataba de un perro enorme- ¡Ah-Un quítate de la señorita!- lo siguiente que se escucho fue un gruñido fuerte y claro que me hizo estremecer. Tenia miedo por lo que podía esperar, pero después en lugar de sentir sus dientes fue algo suave y lleno de liquido, su lengua. El enorme perro comenzó a lamer mi cara de manera cariñosa, como si estuviera feliz de verme y por lo mismo comenzó a hacerme muchas cosquillas. Yo comencé a acariciarlo de la cabeza mientras trataba de apartarlo lo suficiente para poderme enderezar- Lo siento mucho señorita- la voz de la mucama parecía preocupada, hasta podría decir que tenia miedo, mas miedo que yo hasta hace un momento con el perro.
-Tranquilas no paso nada- ya me había sentado y el enorme perro se había sentado a mi lado dejando que lo siguiera acariciando.
-Estábamos sacándolo a pasear, cuando me imagino que la escucho y se soltó a correr. Deje que me lo lleve- yo asentí mientras veía como volvían a tomar la correa, todo iba bien hasta que Ah-Un sintió como era jalado y acto seguido volteo furioso con ella, le gruño mostrándole los dientes hasta que ella por el susto soltó la correa.
-Ah-Un tienes que dejar que te llevemos, ella no es el Joven Sesshomaru- la otra mucama dio un paso hacia el perro pero él siguió gruñéndole en señal de que no se acercara a lo que ella dio el paso hacia atrás y el perro tomo con su hocico la correa y volteo felizmente conmigo dejándome la correa en mis piernas.
-Lo sentimos mucho señorita, Ah-Un suele ser muy dócil, solo se comporta así cuando ve al Joven Sesshomaru, no sabemos porque se esta comportando así con usted- el perro seguía meneando su cola alegremente y me miraba con mucha ternura, yo volví a acariciarle la cabeza y tome la correa en mis manos. Después me levante y limpie un poco mi vestido.
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SOLO BUSCABA UNA VIDA NORMAL
RomanceKagome Higurashi tiene 24 años y estudia su tercer año en la carrera de medicina. Trata de vivir su vida con un perfil bajo, ya que es lo que más desea. Pero le es imposible debido a su hermana mayor, Kikyo, una actriz famosa, reconocida por todas l...