*
*
*
***Kagome***
*
*
*
Me quede viendo a Inuyasha el tiempo necesario para asegurarme de que lo que acaba de decir no se tratara de una broma de mal gusto. Él también se quedó observándome, con esos grandes ojos dorados, yo no sabía bien que hacer, pero mi mente reacciono cuando vi que se estaba acercando más a mi espacio personal, quitándome el poco aire que tenía y además la una seguridad que yo me había obligado a poner para el mundo. Así que empuje la bandeja hacia enfrente para mantenerlo alejado y darle a mi cabeza tiempo para pensar. Inuyasha me vio con cara de sorprendido mientras hacía eso.
-Deberías de dejar de bromear con ese tipo de cosas o la gente se lo tomara en serio- quise parecer con humor, quería creerme mis palabras y hacer que este estúpido corazón dejara de latir con tanta insistencia.
-Kagome, pero yo...- le empujé más la bandeja a su pecho hasta que él la sostuvo, me di media vuelta ahora que tenía las manos ocupadas sabía que ya no iba a poder detenerme como lo había hecho antes.
-Sango y Miroku se han de estar preguntando porque tardamos tanto así que hay que volver ya y dejar las bromas para otro momento
-Pero yo no estaba bromeando- hice como que no lo escuche y después salí de la cocina, con él a mis espaldas. Cuando llegamos a la sala donde se suponía debían de estar Miroku y Sango, ya no había nadie, estaba totalmente vacío y de no haber sido por Sota hubiera entrado en pánico al encontrarme de nuevo sola con Inuyasha.
-Hermana, Sango y Miroku los están esperando en la terraza, me dijeron que el clima de hoy estaba agradable, solo vine por algo de botanas y...- se quedo viendo la bandeja que traía Inuyasha en sus manos.
-Eso traje por eso me tarde
-¿Te he visto en alguna parte?- Sota se le había quedado viendo a Inuyasha mientras que esperaba que le contestara, yo hice lo mismo, puesto que me parecía demasiado extraño que se conocieran, hasta podría decir que imposible.
-Creo que no- me quede observando un poco mas de tiempo a Inuyasha, estudiando cada uno de sus gestos y después voltee a ver a mi hermano.
-Tal vez tienes una cara muy común. Yo los ayudo con esto- tomo la bandeja de las manos de Inuyasha y después nos hizo una seña para que lo siguiéramos. Lo seguimos, aunque en mi mente se quedó lo que había mencionado sota, estoy segura de que Inuyasha no tenía un rostro común, para nada. Lo anote en mi lista mental, entre las muchas cosas que eran sospechosas en él. Cuando llegamos a la terraza estaba Sango y Miroku abrazados viendo hacia la carretera. Nos sintieron entrar así que voltearon casi al mismo tiempo.
-¡Kagome!- Sango se acercó rápido a mí y me abrazo fuertemente, me di cuenta al instante que el alcohol ya había hecho el efecto en su cuerpo- Estaba hablando con Miroku acerca de ir a acampar en estas vacaciones- su voz se escuchaba más lenta y además sus palabras salían muy atropelladas, tuve que aguantarme la risa y las ganas de regañar a Miroku por dejar que se pusiera de esta manera.
-¿Acampar? Suena divertido, pero...- me sorprendí cuando sentí los dedos de Sango en mi boca, haciendo que no dijera lo que tenía pensado
-No digas más, siempre arruinas un buen plan con tus cosas- en su carita se le veían casi lágrimas, como si en realidad se quisiera poner a llorar. Se soltó de mi y volteo a ver a Miroku- te dije que diría que no- Miroku se reía abiertamente mientras que volvía abrazar a Sango yo me quede estática sin saber bien que decir.
ESTÁS LEYENDO
SOLO BUSCABA UNA VIDA NORMAL
RomanceKagome Higurashi tiene 24 años y estudia su tercer año en la carrera de medicina. Trata de vivir su vida con un perfil bajo, ya que es lo que más desea. Pero le es imposible debido a su hermana mayor, Kikyo, una actriz famosa, reconocida por todas l...