Capítulo 40: Escape

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***Rin***

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Había algo dentro de mi cabeza que me hacía doler, la voz de este hombre era como un fuerte golpe, pero aun así por más esfuerzo que hiciera no podía recordarlo. Era como si un miedo fuera creciendo poco a poco, hasta dejar mi mente hundida en una profunda oscuridad y aunque yo quisiera tratar de ver aunque sea un poco de luz, la voz de este hombre se hacia cargo de que eso nunca pasara.

Cuando nos regresaron a la habitación solo había silencio entre nosotras, yo estaba tratando de luchar con aquella oscuridad y Kagome parecía estar en shock después de que vio aquel hombre. No sabía bien si acercarme a ella o que debería de decirle, mi cabeza no dejaba de doler, normalmente Kagome era la fuerte y verla en ese estado me hacía sentir que no había ni una pizca de esperanza y por lo mismo tenía mucho miedo de hacerle preguntas.

El tiempo paso, no tengo idea si fueron minutos o horas, pero mi mente estuvo de vuelta cuando escucho los sollozos de Kagome, se había acostado en la cama y su cuerpo temblaba, tanto por los espasmos como por el miedo. Así que a pesar de que yo también me encontré de la misma manera, me acerque a ella y lo único que se me ocurrió fue abrazarla.

-Lo siento tanto- dijo entre sollozos- todo esto es mi culpa...es mi culpa...mi culpa- su cuerpo no dejaba de temblar y yo lo único que podía hacer era abrazarla más fuerte. Ella me tomo de la mano y no me soltó hasta que se quedó dormida, la verdad no se si dejo de llorar en algún momento o simplemente había caído rendida por todo lo que había pasado. Yo me desperté cuando escuché la puerta abrirse y rápidamente me enderece, de alguna manera me puse en frente de Kagome en un intento algo ridículo de protegerla, ya que sabía que nunca podría hacer algo en contra de ellos.

-Vaya que si quedo noqueada- el hombre que entro era uno de los que nos secuestró, era el mismo hombre que había aparecido atrás de Kagome- no me hagas pasar por lo mismo que tu amiga, por favor- no tenía idea de a que se refería, pero aun así no me quite de donde estaba, el hombre soltó un pesado suspiro y después levanto el maletín- Soy Suikotsu y gracias a mi tu cabeza ya no sangra, ¿contenta?- se me había olvidado el golpe de mi cabeza , tal vez por eso eran los terribles dolores. Me quedé observándolo unos momentos mas y después vi a Kagome, ella aún se encontraba profundamente dormida- tengo que revisarlas, ¿me dejaras hacerlo?- tenía muchas dudas y el miedo aún se mantenia en mi cuerpo, aun así quise confiar en este hombre y asentí mientras me levantaba de la cama. Suikotsu sonrió y se acercó hasta donde estaba Kagome, la acomodo boca arriba y me sorprendió que ella no se despertara- este golpe ya se ha hinchado, le dije que su piel era delicada- lo decía como si estuviera preocupado por ella. Saco una pomada del maletín y comenzó a aplicarla en la mejilla de Kagome- Entonces era cierto cuando dijeron que no podías hablar- me estremecí y tuve que luchar demasiado contra el miedo, de alguna manera detestaba verme así de débil, mucho más en esta situación en la que Kagome se encontraba inconsciente.

-Solo lo hago cuando es necesario- mi voz salió casi como un susurro, pero para mí fortuna al menos se entendía y no había ninguna distorsión en ella.

-Espero y sepas mantenerte callada cuando sea necesario o terminaras como Kagome- sabía que eso no me lo había dicho para asustarme, podía darme cuenta por su tono de preocupación. ¿Este era el mismo hombre que nos había secuestrado?

-¿Por qué no despierta?- sabía que no estaba dormida, después de tanto movimiento lo normal era que despertara, definitivamente se encontraba desmayada, tal vez el golpe de su cabeza había sido muy duro. Tal vez ya no va a despertar. ¿Y si no lo hace? ¿Qué va a pasar con Kagome? El pánico estaba empezando a apoderarse de mi cuando sentí un pequeño pinchazo en mi dedo.

SOLO BUSCABA UNA VIDA NORMALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora