Capítulo 38: Sombras

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***Kagome***

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Cuando desperté mis ojos tardaron en acostumbrarse a la oscuridad, me dolía horrores la cabeza, pero mi mente rápidamente se enfocó en otra cosa. Rin. Mis ojos hicieron un esfuerzo doble, pero aun así no podía ver nada, de lo que estaba segura era que nos encontrábamos en un espacio grande, ya que podía mover mi cuerpo con facilidad. No tenía las manos ni los pies inmovilizados. Aun así no quise levantarme, por si había algo en el suelo que me hiciera caer, prefería ir a gatas, no tarde mucho en que mis manos toparan con algo o alguien, al principio me hice un poco hacia atrás, pero al sentir que se movía lo que había tocado me acerque de nuevo.

-¿Rin?- mis manos siguieron tocando el cuerpo, tratando de encontrar una forma, fue cuando sentí el brazo y luego el hombro indicándome que el cuerpo estaba de lado- ¿Rin?- volví a preguntar al no tener ninguna respuesta. Esta vez se escuchó un pequeño quejido mientras que su cuerpo volvía a moverse- Maldita sea no puedo ver nada, no te muevas mucho- con cada segundo que pasaba mis sentidos restantes se agudizaban, pero también sentía que mi cuerpo estaba tratando por no entrar en pánico.

-¿Kagome?- la voz de Rin salía débil, pero me sentí más tranquila escucharla hablar, al menos estaba segura de que era ella a quien estaba tocando.

-Te dieron un golpe en la cabeza, así que no te muevas mucho- con mis manos fui lentamente a su cabeza y encontré exactamente lo que estaba esperando, en su cabeza había un líquido, lo más seguro es que fuera sangre.

-Auch, no puedo ver nada- sus manos trataron de tocar la parte de su cabeza que yo había tocado antes, pero la detuve

-Yo tampoco, al parecer estamos en una habitación- de pronto se escuchó un ruido muy fuerte y las dos nos estremecimos, acto seguido una puerta se abrió y la habitación se alumbro dejándonos de nuevo cegadas por unos instantes.

-¿Qué acaso no tenían otro lugar para ponerlas?- antes de que mis ojos se acostumbraran escuche la voz de un hombre, al parecer se trataba de uno de los que nos secuestraron. Cuando por fin pude ver bien, el primero que enfoque fue al hombre de cabello trenzado que era el que había hablado. Atrás de él estaba otro hombre con una estructura más delgada aunque podía notar como nos miraba con odio

-¿Tan débiles son? Hermano nos dijiste que no las matáramos y eso hice- su voz era más delicada que la de un hombre común y aunque mis ojos viajaron de nuevo por su cuerpo, estoy segura de que no era una mujer.

-Jakotsu, les dije que ellas son importantes- lo reprendió el hombre de la trenza y después volteo a vernos de nuevo. Al ver que se acercaba a nosotras abrace rápidamente a Rin en un intento por protegerla. El tipo se agacho hasta ponerse de nuestra altura- una disculpa por todo esto, no solemos ser así con las damas hermosas- su voz era gentil, como si quisiera caernos bien, pero algo dentro de mí me decía que era muy peligroso, por algo los demás le hacían caso

-¿Quiénes son ustedes? ¿Por qué nos trajeron aquí?- mi voz salió natural y fuerte, aunque por dentro estuviera muerta de miedo

-¡Cierto! Que falta de modales de mi parte, mi nombre es Bankotsu y ese malhumorado de ahí es Jankotsu- seguía con la amabilidad, como si esto se tratara de una presentación amistosa y no de un secuestro- la respuesta a tu segunda pregunta, lamento no poder dártela aun, por ahora las cuidaremos más- con su mano trato de tocar mi rostro y rápidamente me hice atrás para que no lo hiciera, en sus ojos pude ver como se oscurecían, aunque fue rápido ese mínimo gesto me confirmo que él no era alguien de mucho cuidado- Ve por Renkotsu y que las lleve a una de las habitaciones- se levantó y se dirigió a la puerta

SOLO BUSCABA UNA VIDA NORMALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora