31

164 24 2
                                    

Ya habíamos vuelto del viaje y era lunes de nuevo. Estaba con mis padres hablando como toda las mañanas cuando oí el claxon del coche de Andrew. Me despedí de ellos rápidamente y subí a su coche.

-Heyy bestie - saludé

-heyy- dejo un beso en mi mejilla

Llegamos al instituto y nos metimos en la primera clase, con mi profesor favorito, nótese la ironía

-No voy a regalarte nada Andrew - dije susurrando con una expresión divertida.

Él se encontraba dos sillas detrás de mí ya que no nos dejaban sentarnos juntos.

-Si, soy el mejor amigo del mundo, me merezco un regalo-respondió

-Tenerme ya es un regalo

Él puso una mueca de horror que me hizo reír alzando un poco la voz.

-¿Que le hace tanta gracia?- escuché la voz de mi profesor.

Me giré lentamente con una expresión seria, sinceramente me daba igual.

- No es muy educado de su parte mirarme así- siguió hablando él.

- ¿Ah sí? - le miré peor.

Suspiró y siguió dando clase, porque sabía que íbamos a terminar en discusión. Juro que no me comportaba así con los profesores, mi futuro y estudios me los tomaba muy en serio pero con ese señor simplemente era superior a mi
..

Estaba en mi casa,  muy aburrida, hasta que oí mi móvil sonar lo cogí sin mirar quién era.

-Hola niñata

Esboce una sonrisa al escuchar su grave voz

-Hola idiota- Le oí reír levemente al otro lado de el teléfono.

-¿Que estás haciendo?

- Sinceramente, nada

-Bueno pues ya llegué yo para ser tu salvación, baja.

-¿Qué? - pregunté extrañada levantándome de la cama.

- Baja, te espero.

Me colgó.

Muy confusa, me cambié los pantalones y bajé, Aiden estaba ahí en la puerta de mi casa con esa sonrisita.

-¿Que haces aquí?

- Me aburría y me he acordado que tenía una preciosa novia que seguramente se encontraría en mi misma situación - se encogió de hombres

Me sonroje.

-Pasa - dije apartándome un poco de la puerta.

-¿Están tus padres?- preguntó.

- Mi madre sí, de echo está en la cocina, mi padre no y mejor para ti.

Aiden se quedó algo extrañado pero no hizo preguntas.

Pasamos por la cocina y saludo a mi madre, no le importó mucho que estuviese ahí.
Después subimos hasta mi habitación.

AIDEN

La habitación de la niñata era grande, no exageradamente, pero si bastante grande, las paredes eran de un color morado pastel, en un lado de la habitación tenía el escritorio un poco más a la derecha, el espejo cubierto por plantas y la cama estaba a la izquierda llena de peluches.

-¿No te has quedado corta de peluches eh?-pregunte mientras cogí uno de un osito.

-Déjame y deja a mis peluches- me amenazó después de sentarse en la silla de su escritorio.

𝑑𝑒𝑠𝑡𝑟𝑢𝑦𝑒𝑛𝑑𝑜𝑚𝑒. [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora