Me estaba vistiendo con Aiden al teléfono, en media hora tenía que estar aquí para comer.
-¿Estás nervioso?- le pregunté.
-¿Debería?
- No mucho, a mi madre ya la conoces y mi padre, seguramente te quiera golpear al principio pero después le caerás bien, espero.
-Es todo un alivio saber que me quiere pegar eh
El tono de voz que usó, me hizo reír.
- Ya he terminado , voy de camino estoy ahí en menos de quince minutos.
-Esta bien.
-te quiero.
-Yo también.
- yo también ¿qué?
Me sonroje aunque él no pudiese verme.
-Yo también te quiero.
Después de eso me colgó y me mire al espejo. Me había puesto una falda con estampado de cuadros, un top negro y una chaqueta ligera del mismo color que la falda definitivamente me iba a cambiar antes de ir a casa de Aiden, ya que esto no es ropa de esta época del año.
Bajé a la cocina, dónde estaban mis padres, la mesa ya estaba puesta me senté en las piernas de mi padre, el rodó los ojos, pero no le di importancia
- Papá, trata de no incomodar a Aiden por favor- dije jugando con su barba
- Tengo que conocer al novio de mi hija, es algo que no pasa todos los días y tengo que asegurarme de que es buena persona.
-Solo, no lo mates.
-No te prometo nada - dijo burlón
Bufé, este hombre no tenía remedio.
Diez minutos después sonó el timbre, me apresure a abrir. El aire choco contra mi cuerpo, mandándome escalofríos.
- Estás preciosa niñata.
-¿No deberías ponerme un mote cariñosos tu también? - le dejé pasar.
-Definitivamente, pensaremos en eso después de enfrentar a tu padre.
Solté una risita y le cogí la mano, juntando la mía y la suya, entrelazadas
Entramos en la cocina, mi madre ya estaba sentada pero en cuanto vio a Aiden, se acercó sonriente a saludarle.-Ay cariño ¿Que tal estás? - mi madre le dió un abrazo.
-Muy bien señora- le devolvió el abrazo con la mano que tenía suelta.
-No me llames señora, Isabella está bien.
Asintió.
Mi madre se fue a sentar y observamos a mi padre, lo único que hizo fue entrecerrar los ojos, mirándole de arriba a abajo. Rodé los ojos, tirando de la mano de Aiden para sentarnos. Se sentó al lado de mí, yo enfrente de mí madre y Él de mi padre.
-¿A qué te dedicas?
Que comiencen los juegos del hambre.
- Estoy estudiando ingeniería.
-¿Qué es lo que más te gusta de mi hija?
Contuve mi risa y noté como Aiden también, recordando que fue la misma pregunta que yo le hice hace unos días
- Su mirada- contestó decidido.
Aiden se estaba mostrando muy calmado, nuestras manos seguían agarradas debajo de la mesa, cada cierto tiempo me la apretaba.
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𝑑𝑒𝑠𝑡𝑟𝑢𝑦𝑒𝑛𝑑𝑜𝑚𝑒. [TERMINADO]
RomanceAria con muros levantados por el miedo a que la destruyan. Aiden con la capacidad de destrucción más alto del condado. Porque a veces el "dejarse llevar" no es la mejor opción.