DAVISMe desperté con un dolor insoportable en mi mano derecha. La noche anterior habían pasado muchas cosas.
Lo primero que siento es el contacto de una fría piel en mí. Es una sensación inefable.
Giro todo mi cuerpo para así poder verla en su totalidad. Mía sigue durmiendo. Es increíble todo lo que me hace sentir simplemente con rozarme. Observo su boca, que está parcialmente abierta, dejando ver un poco de sus dientes.
Me recuerda a las estrellas y al universo, infinito en toda su totalidad. Magnífico cada recóndito lugar de él. Así me hace sentir ella. Que este aquí, a mi lado, me provoca mucha serenidad y paz. Desde que la conozco es una de las muchas sensaciones que es capaz de provocarme.
Es jodidamente preciosa, y me da miedo. Miedo a que se despierte, y , que huya de mí, dejándome solo otra vez, perdido en la oscuridad.
Ella ha sido mi luz desde el principio. Nunca imaginaria que aquella insoportable pijíta que me devolvió el portátil, podría devolverme algo que creía haber perdido hace tiempo; Mi humanidad, mis ganas de continuar, de seguir luchando, pero esta vez ya no tendría que derribar ningún muro para pasar, ya que ella me ayudaría a encontrar otra salida.
Todo es de color amarillo a mi alrededor, la luz que entra por la ventana, que es reflejada en cada minúscula parte de aquel cuarto.
Paso mis dedos por su pequeño rostro, y a continuación, por sus brazos tendidos en el colchón, sus vellos del brazo se erizan al contacto con la yema de mis dedos, hasta eso es perfecto en ella.
-Hola-. Mía está mirándome con esos ojos verdes que tanto la caracterizan ,su voz de recién levantada es dulce y agradable de escuchar. -Deja de mirarme así- Se cubre su cara con las sabanas que tenía envolviendo su cuerpo.
-¿Como te miro?- Intento quitarle aquellas telas para seguir observándola. Todos los besos que me imaginé mientras que bailábamos al compás de la música en mi salón hace una semana, ahora podrían llegar a pasar, ya no tenía ese miedo de olvidarme de sus ojos, ya que ahora los tenía mirándome fijamente en aquel momento.
Ambos estamos durante unos instantes en silencio, disfrutando de esa sensación de calma, se respiraba en el ambiente un aire frío de mañana, pero que te arropaba de una manera abrasadora.
-¿Ósea que esto es felicidad?- Mi voz sigue ronca , aunque ya va cobrando su estado natural. -Me gusta esto.- Mis labios chocan con los suyos de una manera cálida, es un beso lento y lleno de sentimiento.
-A mi también, realmente se siente bien.- Sus piernas deshacen el gran desastre de sábanas que tiene para poder tocar el suelo. Se levanta lentamente, parece agotada, seguramente de todo el alcohol que bebió ayer.
-Allí hay camisetas y esas cosas, coge alguna si quieres.-La digo señalando el armario que hay al fondo de la habitación.
-Que pena que tú vinieras sin ella, te hubiera cogido la tuya.- Su tono burlón me provoca una sonrisa , aunque hago todo lo posible para que no llegue a verla.
-Espera, no te muevas de ahí.- Mía está al lado de la cama, extrañada se queda quieta sin moverse, y yo cojo mi móvil que está en la mesita de noche.
-Quiero recordar tus ojos.- Hago click en la pantalla y el flash alumbra su cara.
-Ey dame eso yo también quiero hacerte fotos.- Viene corriendo hacía mí mientras intenta quitarse los pelos de la cara en una carrera para conseguir el teléfono y hacermelas ella a
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Alma Mía
Romance"Mi segunda oportunidad, el amor de mi vida." Davis estaba sumado en la oscuridad desde que su alma gemela lo abandonó hace años. Dos años después, una misteriosa chica aparece en su vida para sacarle de esa oscuridad y darle esa luz que tanto ech...