MÍA
Los siguientes días pasaron volando, entre visitas a monumentos y museos, habíamos visitado toda la ciudad en menos de una semana, los días restantes nos los pasamos en la cabaña jugando a juegos de mesa, y charlando.
Mi relación con Claudia ahora era cordial, todavía no entendía por qué desapareció cuando rompí con Zed, tampoco la pedí una explicación, ya que significaría volver a recordar antiguos recuerdos que no me hacían ningún bien, pero bueno... Aquel día me apoyó y fue una amiga. Así que pensé en brindarla otra oportunidad.
Volví a hablar con Alexia, no me gustaba estar enfadada, y mucho menos con una de mis mejores amigas, así que hicimos las paces. Seguía existiendo un poco de incomodidad, pero debía intentarlo, no podía dejar que se alejara de mi.
Davis se pasó todo el viaje del avión buscando psicólogos por nuestra zona, por ahora no había encontrado ninguno, ninguno le convencía del todo y bueno, quería ayudarme y estaba muy agradecida. Volver a consulta me daba mucho temor... Hacia años que no iba, años que no hablaba del tema con mi madre...
Nunca pensé que este viaje significaría tanto para mi; que me abriría antiguos recuerdos, haría que me reencontrara con amistades pasadas, nuevos sueños...Echaría de menos Viena, pero tenía unas ganas inmensas de volver a mi acogedor apartamento de Seattle y mirar las estrellas en mi terraza. Estaba segura que algún día volveríamos, así que intenté no llorar mucho y recordar estos diez días con una sonrisa.
[....]
-¡Por fin en casa!.- Me eché en la cama y me quede boca arriba, estaba agotada del viaje y solo tenía ganas de dormir durante mil años.
-Mía.-
-Dime.- Davis estaba en el marco de la puerta mientras que me miraba fijamente a los ojos, me estaba poniendo nerviosa.
-¿Te acuerdas que te dije que tenía otra sorpresa para ti?.-
-Si, aunque se me había olvidado por completo.- Metió una de sus manos en su bolsillo delantero y sacó un especie de llavero.
-Cuando volví a Seattle, yo me mudé con mi abuela y tú alquilaste un piso con Josh, decías que nuestra antigua casa no era nuestra.-
Fruncí el ceño, ya que no entendía a que venía toda esta historia ahora.
Empezó a agitar las llaves mientras que se acercaba lentamente a mi.
-He tenido una idea, claro... sólo si aceptas, aunque la verdad que me entristecería que no dijeras que si a mi propuesta.
-Ve al grano rubio.-
-He comprado un piso, para ambos.-
Los ojos se me abrieron como platos y mi boca estaba q punto de rozar el suelo.-¿Como que has comprado un piso, cuando?-Me levanté de un salto y me coloqué en frente de él mientras le cogía las llaves de las manos y las miraba anonadada, este chico era impredecible.
-A ver, no exactamente, todavía tenemos que firmar el contrato pero, pequeña, imagínatelo, podríamos empezar una nueva etapa. Juntos desde el comienzo, y esta vez, si sería algo tuyo y mío, algo nuestro.
-Si.- No se por qué lo dije tan rápido, no se por qué ni siquiera me lo pensé, pero por un momento me imaginé a Davis en una cocina amplia haciendo unos huevos revueltos, mientras que yo me ponía los zapatos para irme al bufete de abogados. Me imaginé a Davis de llegar de trabajar, y darle un beso antes de preparar la cena y ver una película en el sofá acurrucados. Así que por qué no, un si, le dije un si.
No vi ninguna foto pero, si lo había elegido Davis, seguro que sería maravilloso.-Cariño es.... Ven aqui.- me cogió entre sus brazos y me elevó a unos palmos del suelo mientras que dábamos vueltas sobre si mismo.
-Tendrás que enseñarme fotos, no quiero mudarme a un sitio apestoso u horrible.-
-Las que quieras pequeña, todas las que quieras.-
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Alma Mía
Romance"Mi segunda oportunidad, el amor de mi vida." Davis estaba sumado en la oscuridad desde que su alma gemela lo abandonó hace años. Dos años después, una misteriosa chica aparece en su vida para sacarle de esa oscuridad y darle esa luz que tanto ech...