Alma Mía

Capitulo 38: Diciembre

DAVIS

Me desperté sintiendo sus manos rodeando mi abdomen. Era lo mejor de mi día, abrir los ojos y verla, aquí, a mi lado mientras su pecho subía y bajaba.
A pesar de llevar más de medio año viviendo juntos, todavía era algo que para mi era ensordecedor.
Me gustaba mirarla mientras dormía, su tranquilidad mientras que lo hacía, su boca entre abierta, sus ojos cerrados, sus rizos sin control por toda la almohada... Me encantaba.

Estábamos en pleno Diciembre y hacía muchísimo frío. Me levanté con cuidado y sin hacer ningún ruido, cogí una manta del armario que había pegado a la pared de la habitación y la arropé, sentía que a pesar de tener un edredón encima, estaría más cómoda con algo más de calidez.

Cogí una chaqueta negra que había tirada en el suelo de la habitación y me dirigí a la cocina, como siempre a prepararme una taza de café solo, mientras, me conecté los auriculares al teléfono móvil y me lo metí en el bolsillo de esta.

Empezó a sonar "A Head Full of Dreams" y me dejé llevar.

And you get a head
A head full of dreams
You can see the change you want to
Be what you want to be

-Buenos días.- susurré para no hacer tanto ruido. Mía bostezaba, y con los ojos todavía entre cerrados se dirigió a mí y me dio un beso en la mejilla.

Me quité los auriculares y paré la música.

-Mañana a empiezan tus vacaciones de Navidad, debes de estar emocionada.- Dije.
Mía ya estaba en el último curso, aún no entendía como podía haber pasado tanto tiempo desde el día en que la conocí. Ella a penas acababa de empezar segundo y yo estaba en tercero sacando unas notas de mierda mientras que ella iba a clases de cursos avanzados. En unos meses acabaría su etapa universitaria y yo después de las navidades, empezaría a trabajar con mi padre en su bufete de Seattle como abogado.
¿Como ha pasado todo tan rápido?

-En realidad, no, ósea si... me encanta tener vacaciones pero eso significa hacer más horas en el bufete y mientras que tú estás disfrutando de la nieve con trineos y árboles de Navidad, yo tengo que hacer papeleo, papeleo y más papeleo.- Se sentó en una silla que teníamos para la isla de la cocina, cruzó los brazos y como si estuviera agotada agachó su cabeza escondiéndola entre sus brazos.

-¿Que días tienes vacaciones?.-

-a partir del veintiseis hasta.... Ummm.... ¿El ocho de enero tal vez?-Dijo

-Esa semana haremos lo que tú quieras pequeña.- la coloqué un café también solo delante de ella, que sirvió para que alzara un poco la cabeza y dejara de arrugar la nariz.

-He pensado en que pasemos las navidades con mi madre... ya llevamos cuanto... ¿dos años juntos? Además he hablado con el Doctor Díaz y me ha dicho que no hace falta que vaya a consulta esa semana. Mi madre está deseando conocerte así que ¿que opinas?
si no quieres podemos hacer otra cosa, ya os conoceréis en otra ocasión.- Estaba dando vueltas al café con una cucharilla mientras que echaba un sobrecito de azúcar a la taza.

-Me parece perfecto.- Le guiñe un ojo y seguimos a lo nuestro.

MÍA

-¿Donde decías que estaba la casa de tu madre?.-

-Port Townsend Davis, te lo he dicho cien veces.- Yo conducía mientras que Davis estaba de copiloto. En estos últimos meses había decidido sacarme el carnet y había sido una de las mejores decisiones de mi vida.
Tener coche me daba una independencia que me encantaba.

-¿Y cuanto falta?.-

-Pues a ver, si el viaje dura 2 horas y 15 minutos, y llevamos en el coche a penas una hora... Haga usted sus propias conclusiones señor Miller.- Encendí la radio, aunque no había ninguna cadena interesante.

-¿Como se llama tu madre Mía?.Nunca me lo has dicho.-

-Stella, Stella Jones.-

-Pequeña y ¿como es? Que le gusta, en que trabaja...?- Me estaba mirando esperando una respuesta por mi parte, parecía que de verdad quería saber cosas sobre mi madre, así que empecé a contar.

-Mi madre es la mujer más trabajadora que te puedas encontrar, y creo que te lo comenté en Viena. Ella es cirujana. Cirugía general, esa es su pasión, aunque le queda poco para jubilarse, puede que unos cinco, seis años.
Le gusta mucho la pintura y leer. De ella saqué mi amor por los libros.
Es una persona muy optimista y muy creyente, creo que al trabajar tanto viendo desgracias, necesitaba aferrarse a algo y también ver el lado positivo de las cosas más que el resto de las personas.
Y bueno, no sé qué más contarte, supongo que ya la irás conociendo.-

-Seguro que nos llevaremos bien, me va a adorar pequeña Mía, va a desear que yo sea su hijo en vez de que seas tú.-

-JA JA, muy gracioso cariño, ahora calla y cambia de cadena, esta tampoco me gusta.-