Capitulo 13: Eres tú

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DAVIS

Ya había pasado un mes desde la fiesta de disfraces, los días y las semanas habían pasado volando desde aquella noche.

Mía seguía viviendo en mi casa, pero ya no era solo una simple invitada, y yo había dejado de dormir en el sofá.
Se notaba que todo estaba mejorando, hacía a penas dos semanas ella había decidido poner una denuncia contra Zed, y hace solo una fue a su antiguo apartamento a por todas sus cosas. Ya volvía a leer esos muermos de libros románticos y eso me hacía feliz.

Se empezaba a integrar en el grupo, aunque con quien más relación tenía era con aquella chica pelirroja de tez clara. Kate era una chica reservada, con un semblante serio, pero desde que Mía salía con nosotros, se la veía más cómoda, alegre y simpática. Supongo que sacan lo mejor la una de la otra.

Una de las cosas que más echaba de menos era dormir con alguien, pasar horas sintiendo el calor corporal que la otra persona transmitía, me encantaba eso.

De repente, sin dejar que deje de pensar, Mía entra en habitación, llevaba unos vaqueros negros con una sudadera que la había prestado hace unos días y que seguramente ya no me devolvería. Su pelo está alborotado como de costumbre, no tiene ninguna ojera, se nota que ha descansado.

Ella ni siquiera sabe lo perfecta que es, lo maravillosa y bonita que luce en estos instantes. Mé enamoré de ella en cuanto la conocí, pero no al verla, como muchos idiotas dicen, no fue amor a primera vista, me encandiló con su inteligencia, con su positividad, con sus libros románticos y absurdos, con sus canciones de Justin... Me enamoró día a día, y por eso tiene más mérito.

Ella es tan clara, tan honesta con todo lo que siente... necesitaba una persona así. Una persona que fuera todo lo contrario a mí.

Necesitaba a un imán con carga positiva, ya que yo era la negativa.

Ha hecho que vea mi vida no sea una puta mierda como yo creía, y siempre estaré agradecido co ella por eso.

Mi humor de perros y mi mal genio seguirán en mí, pero ahora, al menos durante unas horas podía llegar a desaparecer por completo.
Ella sacaba lo mejor de mí.

-Davis venga, venga ,venga- Me agarra del brazo y hace que me levante del sofá en un abrir y cerrar de ojos.-Vamos a llegar tarde, y no podemos llegar tarde porque daría muy mala impresión.- Mía está con el corazón en un puño, hace un par de días la prometí que hoy visitaríamos a la persona a la que más quería , a mi abuela.
Estaba emocionada, llevaba una tarta, dulces y un fular, todo para ella. Mía ni siquiera sabe hacer tartas, pero ayer estuvo toda la tarde metida en la cocina para hacer unos cupcakes para sorprenderla, no puede ser más perfecta.

[....]

La casa de mi abuela está más allá de las afueras, perdida entre los arbustos y matorrales del lago al que llevé a Mía por sorpresa no hace mucho.

Como vamos en moto tengo que ir con sumo cuidado ya que "la pequeña Mía tenía que llevar todo perfectamente hecho y no podían estropearse los cupcakes."

Después de varios baches, lentitud y gritos para que baje la velocidad, llegamos a nuestro destino.

Una casa vieja, pero con mucho encanto. El color ocre es el color estrella allá a donde mires, y todo está rodeado de piedra y madera.

Nos dirigimos a la entrada de la casa, que da a un pequeño porche cubierto lleno de plantas y enredaderas, a mi abuela siempre le ha gustado mucho la jardinería, de niño saliamos aquí juntos y regábamos cada flor y cada árbol del jardín. Me encantaba hacer eso con ella.

Alma MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora