Alma Mía

Capitulo 27:Luciérnagas

DAVIS

Allí estaba ella, con la luz de la Luna iluminando su rostro, intentando con todas sus fuerzas no mirarme, todo lo contrario a mi, que estaba observando cada detalle de su piel, sus movimientos nerviosos, como se la movía el pelo por el sutil viento que nos rodeaba. Era incapaz de apartar los ojos de ella, era como una obra de arte, llena de cosas por descubrir, y me volvía loco pensar que tal vez no las descubría nunca. La amaba de tal manera que necesitaba eso, tener grabado a fuego todo de ella aunque eso significaba quemarme.

Yo estaba remando aquella vieja barca mientras que Mía solo estaba en silencio, observando a la Luna a lo lejos, y pasando su mano por la fría agua del lago.

-Aquel día, la noche siguiente a cuando te marchaste... ¿Escuchaste mi mensaje?-Sacó su mano del agua y se limpió con la manta que había traído conmigo hacía a penas unos minutos.

Negué con la cabeza, todavía no había sido capaz de leerlos, y tampoco de escucharlos. Se me hacía duro tener en mi poder a una Mía tan vulnerable y vacía. Había sido incapaz.

Sacó otra vez su móvil del bolsillo y lo encendió. No supe que estaba haciendo hasta oír su apagada voz tras dar al play en silencio y subir el volumen lo máximo posible:

-Davis, por Dios, ¿dónde estás? Hace horas que te fuiste y no sé nada de ti. ¿Estás bien? Llámame por favor . piiii

-Josh me ha contado todo lo ocurrido, se que no es así ¿verdad?. Vuelve podemos arreglarlo. piiii

-Davis han pasado dos semanas desde que te marchaste sin ni siquiera decirme un maldito adiós, ¿qué he hecho mal, por qué ella y no yo? Contéstame por favor. piiii

-Intenté arreglarte, de veras lo intenté, pero estás roto, y joder, me has roto a mí. Te odio con todo mi ser, te odio te odio te odio. piiiii

-Hoy le he dicho a Josh que ya te había superado,¿ sabes? Que ya no esperaba nada de ti, y mucho menos que me llamaras o que volvieras. Pero aunque lo niegue, una parte de mí siempre estará esperándote. Te quiero Davis Miller. piiii

-Era la única que merecía la pena, tarde o temprano me volverás a recordar, a extrañar y me buscarás. Por favor no lo hagas, porque no voy a poder soportarlo, no voy a poder soportar que te marches de nuevo. Así que no vuelvas. piiii

Tenía mi corazón en el puño, quería gritar, llorar y millones de cosas más, porque fue ahí cuando comprendí lo rota que la había dejado. Todo por mi egoísmo y mi cobardia.

-¿Enserio pensabas que podría ser así? Dejarte por Emma, olvidarme de todo lo vivido contigo, ¿por un antiguo amor?-

-Dime que no la quieres.-

Respiré hondo antes de contestar, notaba su nerviosismo. Era incapaz de ocultarlo.

-No de la misma manera que te quiero a ti. Ella fue mi primer amor si, pero tú, Mía Jones, has sido el más puro y sincero que he experimentado nunca. Eres eso.

-Pero con ella, era todo más fácil, todo era perfecto, erais almas gemelas.- Susurró.

-No quiero lo fácil, lo perfecto y lo simple. Quiero lo difícil, lo destructor y lo complicado. Quiero un amor que me cambie la vida, un amor excepcional, lleno destrucción y perfección a la vez. Con dolor y felicidad a partes iguales, pero sabiendo que es por ti, y que mereció la pena cada gota ello.-agarré sus manos entre las mías, intentando tener toda su atención.

-Josh os vio besándoos en aquella habitación, y luego...-

-Luego qué, Mía.-

-Me dijo que siempre fue tu debilidad y que era muy probable que lo siguiera siendo, siendo capaz de dejarlo todo si ella te lo pedía- Durante unos segundos el silencio volvió a apoderarse de la situación.-Él... él no me comentó nada de tus llamadas.- Agachó la cabeza, esta vez por un largo tiempo.

-No lo culpo, lo entiendo, al fin y al cabo, yo me marché y vosotros forjasteis una amistad. No tenía derecho a llamarlo y aún así lo hice, así de egoísta soy.- Y era verdad, todo lo que ambos estábamos diciendo. Quería que me perdonara, y tenía miedo a bajar de esta barca y caminar por un lado contrario al suyo por el resto de mi vida. Era lo que más miedo me daba.

-Pensé que no volvería a verte.- Dijo cogiendo una de las cervezas.

-¿Eso quieres, olvidarnos de todo y simplemente continuar con nuestras vidas?

-No lo sé Davis, no lo sé.-

-No me has respondido antes.- Ahora era yo quien cogió la otra cerveza restante.

-A qué.-

-Te amo Mía.- Me acerqué mucho más a ella, hasta tal punto de poder sentir los latidos de su frágil y triste corazón como si fuera el mío propio- Y no soportaré que tu no sientas lo mismo, y tampoco soportaré que después de esto no volvamos a vernos.-

Sollozó, colocando una de sus manos en mi pecho haciendo que sintiera que nuestras respiraciones estaban sincronizadas.
Pegó su frente a la mía mientras que cerró los ojos con fuerza
-Prométeme que esta vez no me vas a dejar atrás, que nunca volverás a partirme el corazón.-

-Te lo prometo pequeña.- Todo lo que había pasado, todos aquellos meses... Cada maldito día alejado de ella mereció la pena simplemente por aquel momento. A Mía en silencio, a pocos centímetros de mi boca, y una pequeña luciérnaga revoloteando por encima de nosotros, como si quisiera ser testigo de lo próximo que ocurriría entre nosotros; Un beso tras otro, de los más sublimes que había experimentado a lo largo de mis veintiún años de vida.

-Te amo Davis Miller, y siempre lo haré-

-Te prometo que cada noche bailaré "The Night We Met" a tu lado y que lo haré hasta que mi pobre corazón deje de latir. Porque créeme cuando te digo, que no me separaré de ti hasta que ocurra, y entonces podré decir te amé hasta mi último suspiro. -

Y así pasamos aquella noche, besándonos a la luz de la luna en compañía de las luciérnagas, rezando para que ese momento durara eternamente e inmortalizando cada detalle en mi Alma para que durara más aún. Y con la idea de aquella promesa, que cumpliría eternamente.