Capitulo 34: Ira

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MÍA

Nuestros primeros días en esta gran ciudad estaban siendo maravillosos y yo estaba de los nervios, hasta me estaba levantando muy temprano; eran las ocho y media cuando me dirigí a la cocina a servirme la primera taza de café del día, pensando que era la primera en despertar en toda la casa.

-Hola Mía.- Como no, allí estaba ella, Claudia.

-Claudia, no tengo ganas de discutir. Ni siquiera deberías de estar aquí, no es tu sitio, no somos tus amigos, y Alexia no tardará en comprender lo mal bicho que eres, así que hazme un favor y no me jodas más.- Su mirada estaba fija en mi, mientras unas cuantas lágrimas brotaban de sus ojos.

-Oh, ahora estás llorando, que mala amiga soy , ¿verdad Claudia? Que buena actriz eres, te aplaudo, sisi, te voy a aplaudir.- Me hervía la sangre a borbotones, no quería que tuviera ese efecto en mí pero lo tenia, la Mía de hace un año habría sido cauta, silenciosa, no habría llamado la atención, pero esta nueva Mía no lo iba a permitir, ni pisotones ni golpes de nadie, y mucho menos de una persona que decidió no apoyar a su amiga en su peor momento.

Yo seguía aplaudiendo, cuando entro Alexia en la sala.

-¿Que está pasando aquí, qué hacéis?.- entonces fue cuando vio la situación, a Claudia llorando delante de mientras yo soltaba carcajadas y aplaudía.

-Mía vete.-Se dirigió hacia ella y la abrazó mientras que hizo que apoyara su cabeza en su pecho.

-Pensé que no eras como ella, pero me equivocaba. Las personas que se callan, las que permanecen en silencio sin hacer nada cuando a una le están dando golpes, insultos y palizas.... Es cómplice, y Claudia se convirtió en una, pero no me imaginaba que tú apoyaras esa clase de comportamientos. Me has defraudado Alexia, y espero por el amor De Dios que nunca tengáis hijos y que no pasen por la mitad de lo que pase yo durante ese tiempo, porque no tendrían el apoyo de ninguna y eso me entristece muchísimo. -
Salí corriendo de cocina, dejándolas con la palabra en la boca y cerré detrás de mi la puerta de mi habitación con un portazo.

-¿que hora es? ¿Qué pasa?.- Davis acababa de levantarse, se estaba frotando los ojos con sus manos para intentar limpiarse un poco las legañas que tenía pegada.

-He discutido con Alexia, por  Claudia, como no. Sabía que ocurriría esto.- Fui directa hacia la cama y me tiré boca arriba.-No entiendo por qué se pone de su parte, ósea es mala Davis, es malvada.

-Uno no elige de quien se enamora pequeña.- Me estaba haciendo pequeños círculos por encima del pecho para intentar calmarme.

-En realidad, creo que si.- y le miré

-¿Tú elegiste enamorarte de Zed?, ¿o volver a enamorarte de mí después de tantos meses de dolor? Si pudiéramos elegir eso, tú no estarías conmigo. ¿Lo sabes verdad?.-

-Supongo que tienes razón.

-Siempre la tengo.-

Me quede durante toda la mañana en la habitación escuchando música, Davis había bajado hacía un par de horas, quería organizarlo todo para las actividades de ese día.

Estaba mirando al techo, sin pensar en nada cuando llamaron a la puerta.

-¡Pasa!
Me lleve una sorpresa cuando vi que no era Davis, sino Emma. Iba en unas mallas que hacían resaltar su figura, y una camiseta de manga corta, llevaba los auriculares en la mano, y el móvil enganchado en una especia de cinta al brazo. Supuse que había salido a correr.

-¿Puedo pasar?.- Asentí y se sentó en el lado de la cama de Davis.

-He pensado que, no sé si te sonará raro pero... Quiero ser tu amiga, por eso estoy aquí, para empezar de nuevo. Tengo la sensación de que eres una persona maravillosa y no quiero perder la oportunidad de conocerte.-

-Me parece una idea increíble Emma.- Yo la sonreí y cambié mi postura para sentarme correctamente. Me parecía bien, quería llevarme bien con ella, al fin y al cabo ambas queríamos mucho a Davis y seguro que se alegraría si viera que nos llevábamos bien.

Estuvimos hablando durante un buen rato, no sabría decir si durante minutos u horas, porque se me pasó el tiempo volando. Hablamos un poco de todo; nuestra infancia, nuestros primeros novios, la universidad, sobre Davis y Daniël, si, definitivamente sobre ellos dos.

Me reí como nunca y me sentía muy cómoda con ella, me daba confianza y eso me gustaba.

No tardamos mucho en bajar cuando empezamos a escuchar el ajetreo de los platos y a todo el mundo moviéndose de un lado a otro para colocar la mesa.

Claudia y Alexia no estaban, algo que agradecí muchísimo.

-Bueno, que vamos a hacer hoy.

-Me alegra que me lo preguntes, Paintball amigos míos, Painball.- Este chico rubio estaba loco, cada vez lo tenía más claro.

-Yo iré a la ciudad a comprar algunos souvenirs y algo de ropa para Olivia, si alguien prefiere eso a tirarse tiros como niños, está invitado.-Dijo Kate mientras que daba el pecho a Olivia que parecía no enterarse de nada de lo que ocurría a su alrededor.

-Me apunto Kate.

-Yo también chicas.- Hasley levantó la mano emocionada, todavía no había tenido la oportunidad de conocerla, y tenía muchas ganas de hablar un rato con ella.

-Claramente yo también voy.- Daniël levantó la mano y todos nos empezamos a reír.-lo siento pero lo mío es la cocina, no esconderse entre arbustos para no recibir disparos de pintura.

Al final Emma convenció a Daniël para jugar, aunque él no estaba muy convencido de su decisión, así que solo fuimos a la ciudad nosotras tres y la pequeña.

-¿Que canción pongo?.- Kate conducia, y Hasley iba de copiloto, mientras que yo estaba detrás con Olí en su sillita de bebé.

-Uhm, "Payphone".- Después de esa, empezaron a sonar una cuántas más de Maroon 5. Yo me quedé observando el paisaje que nos rodeaba en cada kilómetro. Me encantaba cada nube en el cielo y las formas que se creaban en el, los rayos de sol que nos envolvían, los pájaros en las ramas, todo lo verde...

Tenía la sensación de llevar allí años y no sólo un par de días, no me di cuenta exactamente cuando empecé a cerrar los ojos, durmiéndome escuchando el sonido de la radio, y de las risas de Kate y Hasley.

-Mía....-Sentí una voz pegada a mi oreja Antea de abrir los ojos.

-¿hemos llegado?.-

-Venga, tenemos que comprar muchas cosas.- Kate sacó a la niña de la sillita y la metió en el carro, que ya tenía colocado en la acera.

Empezamos a caminar, algunas calles me sonaban de la noche con Davis, pero me seguía sorprendiendo cada esquina.

-Bueno, Mía llevamos días esperando a que nos cuentes cuál era esa maravillosa sorpresa que tenía Davis preparada para ti.-En cuanto él y yo estábamos en el coche para dirigirnos de nuevo a la cabaña le escribí un mensaje a Kate para decirla que había sido una noche maravillosa y que mañana le contaría todos los detalles, así que entendía sus ganas de hacerme hablar ya que no habíamos tenido tiempo de charlar hasta ahora.

-Bueno pues cenamos y.... Me llevó a una pequeña placita, no me acuerdo exactamente como se llamaba pero entonces encendió su móvil y puso una canción. Pero no cualquier canción, era la versión de un poema de mi poeta favorito; de Lorca.
Pasamos la noche bailando mientras sonaba la melodía, la letra de "Pequeño Vals Vianes", no se como explicarlo pero era como si estuviéramos solo en Viena, como si no existiera nadie más. Fue todo perfecto, el baile, como se movía, la Luna.... Y me dijo que tenía otra sorpresa preparada, aunque es imposible que esta la supere, enserio chicas fue increíble.-

-Davis y tú hacéis una pareja maravillosa Mía, me alegra de que estéis tan bien.- Hasley me dedicó una sonrisa sincera y yo sé la devolví.

Así, nosotras, caminando sin prisa, escuchando el ajetreo de algunas de la ciudad, observando las cafeterías, las tiendas abiertas... Ojalá quedarme aquí para siempre.

Alma MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora