Reino del Norte, seis años atrás.
Los días eran oscuros, el aura dentro y fuera del castillo estaba inmersa en un silencio sepulcral, el reino estaba al tanto de lo que había sucedido con la primogénita de los reyes, cada uno de ellos había puesto flores en la cerca del castillo, demostrando su luto, en ese tiempo, nadie fue capaz de ver al rey, mucho menos al consorte.
La vida dentro del castillo era aún más fría y lúgubre de lo que había sido hace años, cuando el rey Jeon había muerto y la reina cayó en una gran depresión que duró años antes de decidir no seguir viviendo. Todos guardaban silencio por respeto, los cocineros preparaban los alimentos que no eran comidos por nadie, los criados limpiaban los muebles llenos de polvo y los guardias custodiaban las habitaciones centrales para que nadie irrumpiera en el descanso de los reyes. Todos estaban a cargo de sus actividades, las realizaban en tiempo y forma, pero, sentían pena y sus corazones estaban mortificados.
Sólo una tarde escucharon al rey Taehyung, eso fue cuando este había corrido a sus padres, al único que quería ver era a su hermano Park Baekhyun. Ni siquiera el rey podía verlo, cada que intentaba entrar, se arrepentía. Todos estaban preocupados por lo que sucedería con estos después, la distancia se estaba alargando lentamente.
A pesar del silencio y la oscuridad, Jungkook seguía realizando sus actividades como rey, los miembros del consejo podían ver las prominentes ojeras bajo sus ojos, su piel pálida y sus cambios repentinos de humor, cada que le preguntaban por la salud de su alteza, respondía que estaba recuperándose, pero no daba ningún detalle. Lo entendían, estaban seguros de que este estaba sufriendo aunque quisiera aparentar que no era así, era muy joven, y se había enfrentado a una difícil situación, la pérdida de un ser amado.
Jungkook procuraba estar al tanto de Taehyung, gracias a Hwasa y Solar, estaba informado de todo lo que sucedía día con día, sabía sobre la renuencia de su esposo a comer, sus cambios de sueño y cambios de humor, este había preguntado por él, pero no pidió que se presentara, posiblemente esperaba que él lo hiciera, y aunque había estado decenas de veces fuera de su habitación con la mano en la manija, no podía entrar. Dentro había una realidad que no estaba dispuesto a enfrentar, no aún.
La culpa le mantenía despierto por las noches, la angustia le impedía comer, los días eran largos y las noches una tortura, quería gritar, salir corriendo y llorar en los brazos de su esposo, pedirle perdón de rodillas, era lo menos que podía hacer, pero era débil y un cobarde.
—Mi señor, lamento interrumpirlo—dijo Solar quien había entrado en la oficina después de llamar.
—¿Pasa algo con Taehyung? —preguntó casi levantándose, su respiración se detuvo por unos momentos.
—No, él está durmiendo en este momento—respondió con una mueca.
—Entonces ¿A qué debo tu presencia? —la miró con seriedad, confuso, por la manera en la que esta actuaba.
—Hay algo que tengo que decirle—susurró tragando en seco, intentando aclarar sus ideas—. Es sobre Yeri y su alteza.
No había escuchado ese nombre en días, tampoco se había topado con ella, le ordenó a Yugyeom que la expulsara del palacio, no la quería cerca, escuchar su nombre salir de los labios preocupados de Solar le hizo experimentar un mal sabor de boca, para él, ella era la culpable de lo sucedido, porque era mejor que ver su responsabilidad en el incidente.
—¿Qué pasa con ella? —preguntó con la mandíbula apretada.
—Hoy que su alteza pudo dormir, encontré algo—se acercó, en sus manos llevaba una carta, la puso en el escritorio, Jungkook la tomó consternado—. Al principio pensé que podía ser del señor Park, pero la letra no era la misma, fui indiscreta y la vi, cuando leí lo que estaba escrito, supe que tenía que decirle.
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El Rey De Hielo *KookV*
Fanfiction"SEGUNDO LIBRO DE LA SAGA DE LOS REYES" Y cuando sus manos lo tocaron sintió el calor del hielo, sus ojos grises lo examinaron mirando en su interior y con una sonrisa beso su cuello haciéndolo arquear la espalda desesperado. -¿Qué tanto lo deseas...