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Cinco días habían pasado y en ese tiempo Taehyung no había visto a Jungkook y una parte de él lo prefería de esa manera, le daba el tiempo suficiente para recuperarse. Los síntomas complejos habían disminuido, dejando solamente las nauseas, su estómago estaba sensible, por el momento lo único que realmente soportaba era la sopa de pollo, la carne roja le lastimaba las fosas nasales y las verduras le asqueaban, Solar estaba preocupada porque decía que su estómago debía tener alimentos para soportar el crecimiento del bebé, por más que se visualizaba en el espejo no veía mucho crecimiento de su vientre, esto le entristeció, deseaba volver a sentirse lleno con movimientos internos producto de su hijo. 

Aunque habían pasado seis años no dejaba de comparar su embarazo actual con el anterior, antes estaba mucho más vivaz, los síntomas no eran notorios y la energía corría por sus venas a diferencia de ese momento donde la cama era su único refugió.

Esa tarde se decidió a salir de la cama, tomó un largo baño que relajo sus músculos tiesos y que el ayudó a mantener el calor, el invierno estaba a la vuelta de la esquina y debía tener cuidado de no enfermar, se miró en el espejo, los cardenales morados bajo sus ojos le decían lo mucho que había llorado sin descanso, su piel estaba más pálida, lo único que brillaba eran sus ojos, sonrió, porque al menos con eso sabía que su hijo o hija estaba presente. Se puso un abrigo para permanecer en el castillo, ya había pasado el desayuno así que Hwasa le propuso quedarse en la sala de entretenimiento, pero se negó había algo importante que tenía que hacer, porque estaba decidido a que de ninguna manera la historia se repetiría.

—¿Estás seguro de esto? —pregunto la pelinegra con una mueca de disgusto en el rostro—. No me siento cómoda con el hecho de que te quedes a solas con él.

Taehyung suspiró. —No me hará daño, al menos no físicamente, él jamás se ha atrevido a ponerme una mano encima, así que no te preocupes.

—¿De verdad quieres hacer esto? —preguntó tomando sus manos para dar un apretón de confort.

—Sí—respondió con seguridad, una que sabía no duraría mucho.

—Lo que menos necesitas en este momento es enfrentarte a él, pueden...las cosas pueden ponerse feas y...temo por ti.

—Tranquila—sonrió—. Si te mantiene segura permanece aquí, yo te llamaré si lo necesito.  

Hwasa al lado de Solar asintió, desde que se habían unido a la corte del rey Taehyung se había desarrollado un cariño protector hacía el rubio de tierna sonrisa, en el pasado no pudieron protegerlo del dolor, pero ahora harían lo imposible por él. BoGum quien era el que se encontraba en la puerta de la oficina del rey miró a su majestad sin expresión.

—Adelante mi señor—dijo yendo contra la orden de Jungkook de no dejar pasar a nadie.

Taehyung miró la madera oscura de la puerta reteniendo el aliento, estaba atemorizado, pero necesitaba esa plática, las puertas se abrieron permitiéndole pasar, entró a paso inseguro mirando a Jungkook quien al verle se quedó quieto, como si cualquier pensamiento se hubiese ido por la borda debido a las emociones encontradas que tenía. Se paró valientemente frente al escritorio, estaban a solas lo cual agradeció, una parte de él que era la más sensata le temía al rey, este era impredecible, sin embargo, nunca le había lastimado a propósito, esa era la única cosa que le reconfortaba en esos momentos.

—Vete—sentenció desde el inicio.

—Tenemos que hablar—susurró haciendo un gran esfuerzo para mirarlo a la cara.  

Jungkook dejó de lado lo que estaba haciendo y le observó con detenimiento, algo dentro de su pecho rabio, estaba tan pálido y frágil, de inmediato sus manos comenzaron a temblar debido a las ganas que tenía de levantarse y atraerlo a su pecho, pero no podía hacerlo, el miedo era el mismo que le impedía poder tocarlo.

El Rey De Hielo  *KookV* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora