Era normal para el rey del norte tener cada cierto periodo de tiempo una noche que dedicaba a disfrutar con sus generales. Bebían y disfrutaban de un buen momento. Festejando o ahogando sus penas, da noche, era la segunda.
Habían pasado ya un mes del incidente de Taehyung y como modo de distracción llevó a cabo una pequeña reunión. Era tarde, las tres de la mañana y varios de sus hombres ya se encontraban ebrios, él no, decidió que esa noche no bebería como siempre lo hacía porque no deseaba arruinar el pequeño progreso que había hecho con Taehyung, este ya le hablaba y salía más de su ensimismamiento durante las comidas.
El doctor que había monitoreado su avance tenía un buen pronóstico sobre el embarazo y la salud física de su esposo, sin embargo, le advirtió que Taehyung estaba pasando por un mal emocional, debido a todo lo vivido en los últimos meses.
Él trataba con todas sus fuerzas de demostrarle al rubio de sus ojos que las cosas estaban cambiando y lo incluía más en los protocolos reales. Creía que si le daba a Taehyung algo qué hacer que fuera importante se sentiría incluído en el castillo.
Yugyeom reía mientras bebía vodka directo de la botella. —El rey Jungkook ha manejado bien este invierno, lo ha logrado, nos ha llevado a la victoria, la gente está protegida.
Ese comentario desató que otros donde halagaban al monarca. Jungkook se limitó a escuchar solamente bufando por las adulaciones.
—Lastima que no haga el mismo trabajo siendo esposo y padre—escuchó aquello tan claro, que sabía que no podía haber sido un accidente.
Todos en la mesa pararon de reír y miraron al dueño de aquella crítica tan cruda, sabían que hablar de Taehyung estaba extrictamente prohibido. Jungkook bajo el vaso medio lleno para mirar al hombre que osaba atacarlo donde más le dolía
BoGum miró al monarca con una sonrisa torcida, los demás estaban atentos a la respuesta del rey, quien se enderezó en el asiento y miró molesto a uno de sus generales. El guardia personal de su esposo.
—Creo que tienes algo qué decir BoGum—dijo tranquilo.
—Lo tengo—desafio con la mirada—. Diré lo que todos en el reino piensan, pero que son tan cobardes para decirlo en voz alta—sonrió, arrastraba las palabras, demasiado ebrio para su bien—. Puede que usted mi señor sea un rey ejemplar con sus semejantes, pero no debemos olvidar las humillaciones que ha recibido el rey Taehyung de su parte, todos hemos visto como sus ojos se han apagado ante la desdicha por su actitud y mal corazón.
Yugyeom tomó del hombro al general y miró apenado al rey. —Lo siento mucho mi señor, él ya ha bebido demasiado, se va a retirar.
—No he bebido lo suficiente como para no estar consciente de lo que digo—se sacó la mano de encima, sin dejar de mirar al rey—. He permanecido cerca de su alteza y usted está por matarlo y un rey que trata así al que dice que es el amor de su vida no merece respeto ni adulaciones, podrá ser indulgente con su gente, pero ha tratado de matar al rey y a su segundo hijo ¿No le bastó con la princesa?
Ante esto Jungkook se puso de pie, el aura en la habitación cambio de repente, haciendo el ambiente más pesado y tenso. El rostro marcado por la furia les dejo helados, porque jamás habían visto aquel rostro, una combinación entre odio y dolor. Todos sabían que a esas alturas BoGum había cometido un grave error, una falta tan grande, que nadie osó intervenir.
—¡No tienes permitido hablarme así general! —dijo con rudeza—? Podrás ser importante en esta corte, pero ante mí eres nada, sobre mi vida marital nadie tiene derecho a opinar, esto es algo entre tu rey Jeon Taehyung y yo.
BoGum soltó una carcajada, poniéndose también de pie. —Es de mi incumbencia por el hecho de que soy yo quien limpia las lágrimas de su señoría, él no se merece a alguien como usted que es un cabron hijo de puta tan orgulloso que no puede mostrar respeto o amor, el apodo le viene bien rey del hielo.
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El Rey De Hielo *KookV*
Fanfic"SEGUNDO LIBRO DE LA SAGA DE LOS REYES" Y cuando sus manos lo tocaron sintió el calor del hielo, sus ojos grises lo examinaron mirando en su interior y con una sonrisa beso su cuello haciéndolo arquear la espalda desesperado. -¿Qué tanto lo deseas...