El Rey De Hielo *KookV*

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—Debo suponer que algo importante está pasando para tener el honor de recibirte aqui—sonrió Yoongi mientras le tendía un vaso lleno de whisky—. Hace años que no nos vemos hermano, cuéntame ¿Cómo estás?

Se sentó frente a él, a pesar del tiempo ellos podían entablar una conversación amena como si nunca se hubieran separado, los miedos de Jungkook se aligeraron por unos momentos, dejándose envolver en una atmósfera amena igual que en los viejos tiempos. Tomó un sorbo de su bebida, el líquido bajo por su garganta quemando a su paso, lo necesitaba, una buena bebida alcohólica podía hacer que su mente dejará de pensar en los fatídicos días de viaje que había tenido.

—¿No puedo simplemente visitar a un viejo amigo? —se burló levantando una ceja.

—Bueno tomando en cuenta que has sido un maldito amargado estos últimos años, no lo creo ¿Qyue te trae aquí? Vamos, siéntete libre de hablar.

Suspiró dejando de lado la bebida y sentándose derecho. —He venido personalmente a pedirte algo, nos conocemos desde que éramos pequeños, por lo que pido me des el beneficio de la duda—le miró serio, demasiado formal para una reunión como esa.

Yoongi asintió y posicionó una mano en su barbilla esperando. —Te escucho.

—Una persona cercana a mi ha cometido un acto repudiable, nos ha traicionado y me ha robado o mejor dicho a mi reino—negó aun sintiendo el odio en su pecho—. Mis hombres están buscándolo, pero su acto ha ocasionado una oleada de eventos desafortunados. He venido hasta ti porque quiero pedir un préstamo, sé que pedirte esto es repentino, pero a raíz del incidente me veo en la pena de utilizar nuestra amistad para poder salir de esta mala racha, mi pueblo necesita sustento ya que el invierno se acerca y debo velar por su bienestar, lo lamento y prometo que si me das tiempo reuniré lo más rápido posible el oro, te lo daré sin inconvenientes.

Yoongi observó la mortificación de su amigo y no pudo evitar soltar una carcajada

—Jungkook soy Yoongi, te conozco desde siempre y si tienes dificultades no dudes en que trataré de ayudarte. La respuesta es sí, te prestare lo que necesites, no sólo oro, sino también pieles, ganado, lo que quieras.

—Sólo necesito oro, más sería abusar de tu amabilidad—sonrió tranquilo, sintiendo un peso fuera que aligeraba sus hombros.

—¿Estás seguro? Puedo ayudarte a encontrar a ese hijo de puta. Sabes que amo la cacería.

—De eso me encargo yo, no seré el rey de la muerte, pero mi corazón frío me ayudara a no tener piedad.

Ambos rieron pensando en lo doloroso que sería para el traidor ser encontrado, ambos eran duros, uno la mayor parte del tiempo, pero el otro cuando era necesario, ambos podían ser una pesadilla para cualquiera que intentara hacerle daño a lo que más amaban, sus reinos.

—Toma el tiempo que necesites sé que en cuanto te recuperes me pagarás, eres un hombre de palabra—suspiró con un asentimiento—. Jamás dudaría de ti hermano.

—Veo que estar casado te sienta bien Yoongi—rio relajado—. Es increíble que hayas encontrado a alguien que te haga sonreír como idiota, después de aquel chico creí que jamás encontrarias una persona que te satisfaciera. Me alegro que seas feliz.

Yoongi sonrió tomando su vaso nuevamente. —Jimin es especial Jungkook, es aquello que tanto desee tener, inocente, dulce y amable, es hermoso y le amo demasiado, tanto que me aterra, ya sabes como soy.

—No te preocupes ese chico se ve que está prensado a ti, sus ojos brillan cada vez que te mira. 

El pelinegro pálido chasqueo la lengua. —Tú tampoco te quedas atrás, había escuchado maravillas del pequeño príncipe, pero jamás me imaginé que sería alguien tan hermoso, casi parece irreal y es muy educado lo cual debes de agradecer. Yo, bueno, lamento no haber estado a tu lado cuando sucedió, lamento la pérdida de tu hija, en ese tiempo mi reino estaba pasando por problemas, te aseguro que después quise visitarte, pero pensé que sería inadecuado.