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Habían pasado algunos días en donde Jungkook vivió en carne propia lo que era el desprecio, porque a pesar de sus intentos Taehyung huía de sus brazos, lo estaba perdiendo y esta vez no era la muerte la que se lo estaba arrebatando.

Dudó durante años, se alejó de él por miedo, pero era en esos momentos que comprendía que haberlo hecho no fue más que el peor error de su vida, entendía entonces las palabras que muchas veces habían dicho quienes estaban a su alrededor, las que decían que llegaría el momento en donde este se cansaría de sus desprecios y comenzaría a alejarlo, eso era justo lo que estaba pasando.

No le permitió estar dentro en la habitación con él después del segundo día de vigilancia, donde el doctor le había dicho que las cosas estaban estables, no lo miraba a los ojos, huía de su compañía y sólo contestaba con monosílabos cuando se le preguntaba algo. Estaba preocupado.

—¿Cómo te sientes esta mañana? —preguntó en el comedor pese al silencio incómodo que les rodeaba—. El color ha regresado a tu mejilla.

A Taehyung el doctor le había permitido comenzar a caminar un poco, lo cual significaba que podía tomar la comida en el comedor una vez al día, eso le ayudaba a no mantenerse encerrado porque los primero días había caído en una extraña depresión donde lo único que hacía era recostarse y mirar la ventana cerrada, no hablaba con nadie y lloraba mucho, tenía miedo, pero nadie era capaz de saber de su boca la razón. 

Jungkook trataba de ser muy paciente y aunque sólo le respondiera lo justo trataba de no dejar de hablar con él, tenía una desesperación por estar a su lado y mirarlo.

—Bien—susurró mirando la sopa. 

—Come algo, aunque sea un poco, es bueno para el bebé—dijo amable, sentía miedo de hablarle, últimamente no sabía cómo debía comunicarse con él.

Taehyung le miró y entrecerró los ojos. —No quiero—masculló molestó.  

—Tae, sé que estas pasando por un mal momento y lo siento mucho, porque también sé que es mi culpa, pero tienes que comer algo para que recuperes la fuerza, hazlo por el bebé—esa era la palabra mágica que habían descubierto para que Taehyung hiciera las cosas, el sólo hecho de mencionar al bebé le daba una luz adicional con la fuerza necesaria para intentarlo.

—Sólo comeré la sopa, nada más—dijo tomando nuevamente la cuchara.

Lo observó comer, una de las cosas buenas que habían pasado era que las nauseas que en un principio eran insoportables, ahora estaban aparentemente bajo control. La receta del té que Jimin le había dado en su estadía en RyuuMoon funcionaba a la perfección. 

—Me dijeron que pediste estar un rato en la sala de entretenimiento—comentó sin dejar de verlo evaluando cada uno de sus gestos—. ¿De verdad quieres eso?

Asintió cabizbajo. —Yo...estaba aprendiendo a tejer y aunque no sé si el bebé nazca vivo, quiero seguir con eso—suspiró cancino—. ¿Podría hacerlo? Si la respuesta es no, no hay problema, lo entiendo.

Aquello fue como recibir un golpe en el pecho, parpadeo perplejo y tragó en seco. —No digas eso, el bebé estará bien, sólo tenemos que cuidarte más.

—¿Puedo? —dijo cambiando de tema.

—Puedes hacerlo, pero será poco tiempo aún no estas en condiciones—suspiró cansado manteniendo una tenue sonrisa.

Taehyung desvió la mirada porque ser tratado con cuidado y amabilidad por Jungkook le confundía tanto que llegó a pensar que iba a morir o que el bebé estaba en peligro porque esa sería la única respuesta lógica para una actitud que nunca antes había visto en el monarca. Comió a pesar de que la comida le sabía insípida y su humor no ayudaba porque se sentía tan miserable y culpable de poner en riesgo a su bebé, que era lo más importante para él.















El Rey De Hielo  *KookV* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora