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Una vez al año el castillo se teñía de vida, se despolvaban los adornos tradicionales, se limpiaba a fondo, se hacían los mejores banquetes y el movimiento era tal que podía verse a los sirvientes correr de un lado al otro, teniendo en cuenta los últimos detalles para la velada.

El día conmemorativo al nacimiento del nuevo reino era para todos el día más especial del año, se celebra la libertad de la opresión y la división de los nuevos reinos,  era muy importante, en pueblo se llevaban a cabo festivales para todos, mientras que en el castillo se hacia una cena especial con los más altos mandatarios y sus familias.  Todo tenía que ser perfecto, es por eso que la presión estaba sobre los hombros de quienes organizaban la velada. 

—Así como quiero quedar en estado, esto es estresante—gruñó Taehyung por lo bajo mirando a su alrededor las elegantes prendas y brillantes joyas que se le presentaban, una tras otra.

—El rojo es definitivamente su color mi señor—dijo el sastre real tendiendole otro abrigo.

—¿De verdad? Eso has dicho de los otros—bufo cansado, era muy temprano y quería descansar, la noche anterior no había podido dormir bien, y es que su esposo estaba tan ansioso por tenerlo cerca, que ambos habían hecho el amor hasta el amanecer.

—Su piel es magnífica y los colores le sientan bien—sonrió el hombre. 

A la sala entró Jungkook quien le buscaba más por necesidad que por deber, miró con una ceja alzada el ceño fruncido de su esposo y se pregunto qué molestaba al chico que demostraba ser apacible en todo momento, se acercó con las manos detrás.

—¡Mi señor! —dijo el hombre de apellido Kang inclinándose hacia adelante con respeto 

Taehyung se volvió a ver a su perfecto esposo y sonrió, el dolor de cabeza se disipó por unos segundos, Jungkook se acercó quedando a escasos centímetros de él, sin tocarlo, pero con un rostro tranquilo y amable.

—¿Qué va mal? —preguntó interesado en su estado anímico.

—Me he probado diez trajes y al parecer todos son perfectos— suspiró —. ¿Alguna sugerencia?

Jungkook miró los trajes, era prendas elegantes y hermosas, con adornos brillantes y bordados hechos a mano, se imaginó a Taehyung en cada uno de ellos y realmente todos eran perfectos para el exquisito cuerpo de su delicado esposo. Sin embargo, había un color que le llamaba la atención.

—Este—dijo tomando un traje negro que llevaba una chaqueta con terminaciones en azul marino, eran unos bordados simples, pero muy elegantes—. Y está joya—señaló una gargantilla de zafiros y diamantes blancos que formaban tres tiras delgadas que se amoldarian perfecto al delgado cuello de Taehyung.

—Perfecto—sonrió el rubio—. Kang sabes entonces cual.

El hombre sonrió y asintió encantado—. Prepararemos todo mis señores. Con su permiso.

Tomaron las cosas para despejar el área saliendo uno a uno de aquel salón, Taehyung habiéndose quedado sólo en compañía de su esposo se desplomó en el sillón cansado, últimamente no podía despertar temprano así que sus ojos se cerraban involuntariamente, estaba deseando dormir por horas. Jungkook le miró y su frente se arrugó preocupado.

—Hoy será un día cansado ¿No quieres subir y dormir el resto de la tarde? Creo que anoche no te dejé descansar como era debido.

Abrió los ojos para mirar a Jungkook quien tomó asiento frente a él. —No, debo encargarme de que todo este en orden. Descansaré cuando la fiesta acabe.

—Entiendo, está noche deberás dormir tranquilamente—se encogió de hombros, se miraron por unos momentos sin decir palabra hasta que Jungkook palmeo su regazo—. Ven aquí.

El Rey De Hielo  *KookV* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora