Sinopsis:
Tras un evento traumático para su familia, Iris es obligada a vivir en cautiverio, desde los 5 años, con estrictas reglas para protegerla.
Su vida da un giro inesperado, cuando viaja a otro mundo, uno lleno de magia y seres místicos, muy...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al día siguiente, Amber despierta a Iris como todas las mañanas, solo que un poco más temprano de lo habitual, la joven se extraña de que no la felicita por su cumpleaños, así que solo interpreta que lo ha olvidado; pero la mujer le dice que necesita conocer los ingredientes para el pastel e ir a conseguirlos al mercado. Afortunadamente, la mayoría son cosas que hay, otras se le ocurre sustituirlas por algo similar, según lo que describe la joven.
Ambas se dirigen al mercado y compran todo lo necesario, sin embargo les toma bastante tiempo y cuando regresan, el sol ya está bastante elevado, para Iris eso significaba que el mediodía estaba cerca. No demoran más y comienzan a preparar el delicioso postre. Iris se siente bastante tranquila, hasta lo disfruta, después de haber llegado a este mundo, tantas cosas habían cambiado en ella, se sentía más fuerte, porque hacía mucho por su cuenta, aunque también tenía gente que la ayudaba.
Hay días en que no puede evitar pensar en su familia y desear que estuvieran bien, poder verlos de nuevo, pero sabía que no debía ilusionarse, ya que nada estaba garantizado. Sus pensamientos son interrumpidos por un ruido que proviene del frente de la fonda, alguien había entrado, pero estaba cerrado por el día, lo cual le extraña y voltea a ver a Amber nerviosa.
—Por favor Iris, ve a ver quien es, no puedo despegarme de aquí por ahora —dice mientras está batiendo las claras de huevo.
—E-está bien... —nerviosa, la joven sale de la cocina, pronto llega al frente de la fonda, pero al cruzar la puerta se encuentra con alguien y se golpea la nariz—, ¡auch! —expresa mientras se soba, pero antes de disculparse.
—Oh, Iris...
La voz la toma por sorpresa, sabe muy bien a quién pertenece, levanta la mirada como si tuviera que comprobarlo, no era otro que Ángel, por alguna razón se le olvida su dolor físico, en cambio recuerda que no está muy presentable, lo que la hace sonrojarse mucho y corre sin pensar hacia la cocina.
—Espera... —dice confundido—. Debe haberle dolido mucho golpearse con mi pecho, para correr así, quizá está sangrando —piensa.
Él la sigue varios pasos atrás, pero al entrar se encuentra solo con Amber.
—Amber, ¿no viste a Iris? ella vino corriendo para acá.
—Oh, si... dijo que necesitaba ir al baño o algo así —dice sin prestar mucha atención, pues está con las manos ocupadas—. ¿Por qué no te pones un delantal y nos ayudas Ángel?, así terminaremos más rápido.
—Claro, ¿qué están haciendo?
—Un pastel, bueno así lo llaman en el mundo de donde viene Iris.
—Huele bien...
Pronto se pone manos a la obra de acuerdo a lo que Amber le explica. Iris regresa después de haberse calmado y arreglado un poco, se sorprende al ver a Ángel ya instalado en la cocina, pues apenas llegó.