LXXIII - La conexión más poderosa Parte II

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De repente, los artículos comienzan a brillar con mucha intensidad

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De repente, los artículos comienzan a brillar con mucha intensidad.

—Esto es...

Al escuchar la voz que los interrumpe, ambos voltean desconcertados. Se ponen más firmes de lo normal, como si los hubieran descubierto en una travesura

—Tío... esto...

—Es el momento ¿no?, puedo sentirlo.

Los muchachos ponen cara de confusión, y por la mirada de André, bajan la suya hacia donde guardan los artículos; estaban tan metidos en su momento, que no habían notado el brillo, a pesar de que alumbraban más que un reflector.

En ese instante, las tres personas sienten la misma conexión que les guía a la otra persona conectada, Takuya. Las palabras ya no son necesarias, caminan hacia la habitación; al llegar, la luz se concentra en toda la parte del cerebro y rebota cual espejo hacia cada una de los presentes, haciendo que sus ojos también se iluminen y se quedan inmóviles.

Aparecen en un sitio con iluminación parcial, es decir, unas partes oscuras y otras con pilares de luz; se mueven como si se deslizaran por una cinta mecánica, que los acerca a las partes con luz y al pasar por cada tramo, se podían escuchar voces; cada uno reconoce las situaciones en que ellos dijeron esas cosas, pues todas fueron en presencia de Takuya, aunque él estuviera inconsciente, por lo que intuyen que están en su mente, o mejor dicho, en una parte muy superficial del alma. En los primeros se podía escuchar hasta la voz de Ángel, pero los demás registros eran claros cuando se trataban de Iris y de André, en cambio se tornaban difusos al venir de otras personas, e iban en retroceso. Pasado un tiempo, lograron escuchar todas las veces que André le hablaba a su hermano, hasta que llegaron a la primera, que fue en el hospital, cuando recién lo dejaron pasar a la habitación, después de darle la noticia de que estaba en coma; después todo se torna oscuro y se detienen tanto las voces, como su recorrido. Intentan caminar sin éxito, pues no son sus cuerpos los que están ahí.

Tardan en procesar lo que sucede, lo suficiente para intentar un par de cosas, que les permite darse cuenta que además de ver y oír, sólo podían pensar y hablar, aunque en ocasiones, ni eso. Todo era muy confuso.

Si Larimar estuviera aquí... tal vez podríamos entender, o Rufo podría ayudarnos con los impulsos eléctricos... —piensa Iris.

Al instante una luz pulsa, marcando la posición de ella.

—¿Podría ser...? —dice, al tiempo que siente algo familiar.

La sensación era como cuando se podían comunicar telepáticamente con el poder de Larimar y en respuesta a sus pensamientos, habían pulsaciones de luz, a las que los otros dos reaccionaron.

—¿Qué?, ¿por qué? —cuestiona Ángel.

—No escucho sus voces y aun así ¿están diciendo algo...?

—Nuestros pensamientos están conectados, tío. Creo que tengo una idea.

Otro pulso de luz se emite y esta vez toman forma de 'arañas' luminosas, o como una red; eran impulsos nerviosos que mostraban un camino.

Angeline #PGP2025Donde viven las historias. Descúbrelo ahora