Sinopsis:
Tras un evento traumático para su familia, Iris es obligada a vivir en cautiverio, desde los 5 años, con estrictas reglas para protegerla.
Su vida da un giro inesperado, cuando viaja a otro mundo, uno lleno de magia y seres místicos, muy...
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La familia Ikemori está celebrando el cumpleaños número cinco de Iris. Esta festividad no tiene igual, sus padres deseaban compartir con todos la dicha de tener a su hija, por lo que no escatimaron en gastos; pero lo peculiar es que al mismo tiempo, es un evento de ayuda para las personas que no tienen casa y alimento, por lo que todo aquel que quisiera podía entrar y disfrutar de la fiesta.
Los mismos sirvientes de la mansión aprecian mucho a la familia, pues también recibieron apoyo directo de ellos, así que gustosos ayudaban incluso fuera de sus horarios laborales.
La casa era conocida por todos en la ciudad y más allá de esta, ya que era común que se hicieran eventos similares, donde la gente sin recursos podía encontrar ayuda, desde alimento y un lugar donde dormir, hasta atención médica y trabajo.
Aquellos que coinciden con esta familia y tienen un estatus alto en la sociedad, también estaban ahí, celebrando y apoyando.
La misma Iris sonreía mientras la gente se le acercaba, a cambio de darles víveres, ella recibía cálidos abrazos y besos. Los niños que iban bailaban y jugaban con ella. Por supuesto, los que podían le daban regalos, algunos eran cosas muy sencillas, algo que no le importaba en lo más mínimo, la niña era feliz recibiendo obsequios y dando otros.
Entrada la noche, y como en cualquier cumpleaños, no podía faltar el pastel; en el interior de un gran salón, sentaron a la niña frente al pastel, en una silla ubicada en la parte media de una mesa rectangular, con varios metros de extensión y donde todos los presentes se reunieron para cantar feliz cumpleaños al unísono. No había mayor dicha para ella.
La familia de su padre también está ahí. El medio hermano, hijo del segundo matrimonio de su madre con un español y muy querido tío de Iris, André Villegas; quien además trabaja para Takuya, como asistente personal. En esta especial ocasión, él estaba a cargo de decir unas palabras durante el brindis, a la salud de la pequeña.
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—Antes que nada, deseo agradecer a todos los que nos acompañan en este día tan especial, pues es el cumpleaños de mi querida sobrina, Iris. Y como saben, se decidió celebrar al estilo de la Familia Ikemori, la cual siempre ha querido estar cerca de las personas, en especial de las más necesitadas y todo esto es posible, gracias a la ayuda de las familias, que comparten este deseo de ayuda con nosotros.