Sinopsis:
Tras un evento traumático para su familia, Iris es obligada a vivir en cautiverio, desde los 5 años, con estrictas reglas para protegerla.
Su vida da un giro inesperado, cuando viaja a otro mundo, uno lleno de magia y seres místicos, muy...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Crees que de verdad encontremos algo? —pregunta algo desanimada.
—¿Qué te dije de rendirse antes de tiempo? —expresa con tono de réplica el joven.
—Uh... tienes razón, no puedo rendirme aún.
Iris sacude su cabeza para deshacerse de esos pensamientos negativos.
—Tengo unos amigos que son importantes en el clan Rubí, quizá nos puedan ayudar a encontrar un poco de información, así que anímate.
Ángel intenta convencerla de que todo estará bien.
—¿Qué habría hecho sin tu ayuda, Ángel?. —Sonríe un poco.
—No vayas a agradecerme otra vez, no vale la pena si no tenemos nada aún —dice un poco apenado—.Es extraño, pero quiero ayudarte Iris —piensa.
Iris deja salir una pequeña risa.
—Esta bien... ¿Sabes?, en algunas ocasiones me recuerdas a mi tío —comenta.
—Ahora que lo dices, siempre lo mencionas —dice con tono de curiosidad.
Ella le cuenta que su tío ha sido su confidente desde que era muy pequeña, incluso antes de que su madre fuera asesinada. Pero como su padre cambió mucho, al punto de que para protegerla despidió a muchos sirvientes, su medio hermano que también trabaja para él, fue asignado a cuidarla; nadie más puede aproximarse a ella y como nunca fue a una escuela, pues no se le permite salir de casa, era prácticamente la única persona a su lado.
—Soy como una prisionera, pero mi tío siempre se asegura de que esté bien. Él me ha enseñado mucho a través de libros y juegos; me escucha y aconseja, también me enseñó defensa personal —cuenta expresando mucho cariño.
—Espera, ¿tu madre no murió por causas naturales? —dice sin pensar.
—...No... en mi fiesta de cumpleaños número cinco, unos sujetos nos atacaron, causaron un incendio en casa y uno me intentó disparar, pero ella se interpuso... ¡uh!
Cuando trata de continuar, las memorias se tornan borrosas, recordar le causa dolor en la cabeza y se contrae sosteniéndola.
—Lo siento, no debí preguntar algo tan delicado, no tienes que hablar de ello —aclara, preocupado por su reacción.
—Está... bien, es algo que tendré que enfrentar tarde o temprano. Mi padre ha sufrido mucho por eso y yo también. Además... siento que puedo confiar en ti, Ángel, pero por ahora no soy capaz de recordar bien... —dice triste.
—No te esfuerces, esas cosas llevan tiempo...
—Si... ya van 10 años... y esto es lo mejor que he podido hacer —sonríe incómoda—. Por ahora continuemos... debo encontrar la forma de volver a casa y arreglar las cosas con papá... se lo prometí a mi tío también; no puedo dejarlos así nada más, seguramente estarán muy preocupados, por decir lo menos...