Sinopsis:
Tras un evento traumático para su familia, Iris es obligada a vivir en cautiverio, desde los 5 años, con estrictas reglas para protegerla.
Su vida da un giro inesperado, cuando viaja a otro mundo, uno lleno de magia y seres místicos, muy...
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Durante los siguientes meses, la pareja se disfruta en todos los escenarios de vida: con sus amigos, con las familias, con sus clanes, desde sus papeles como regentes, y por supuesto llegan a tener numerosas citas a solas. Por supuesto llegan a tener discusiones por diferentes puntos de vista, pero al ser personas comprensivas, prefieren siempre hablarlo con calma y llegar a acuerdos.
Desde la perspectiva de todos los demás, ellos son la pareja ideal y se refleja en sus gobiernos. Manejan la misma fórmula en los diferentes campos. Lo que lleva a una paz real, que no se había visto en ninguno anterior; desde la frescura de la juventud, el amor, la comprensión y el ocuparse conscientemente de las necesidades de su pueblo.
Esmeralda deja de estar en crisis, gracias a acuerdos entre los tres clanes, pues también obtienen beneficios, sin tener que usar la hostilidad, como lo hacía el gobierno anterior.
En temas personales, llegó el día de la boda y por decisión de ambos, eligieron como sede, el territorio del clan Zafiro, con la intención de llenar este lugar de buenos recuerdos y conexiones que permitan purificar el trágico pasado. Para ello, optaron por compartir decoraciones y costumbres de los tres clanes aliados, cortesía de cada uno.
Zafiro además del espacio, proporcionó los exquisitos manjares y bebidas de la más alta calidad. Rubí se encargó de la gente de servicio, la iluminación y las decoraciones con tela. Esmeralda brindó la música, el mobiliario y la decoración con arreglos naturales. Se coordinaron para encontrar un equilibrio de colores, unir algo agradable a la vista, las melodías para que se sintiera un ambiente cálido y sin abandonar la elegancia.
El toque especial que quiso la pareja, era que estuviera abierta al público, en honor a las fiestas y colectas que la familia Ikemori organizaba. No se necesitaba un código de vestimenta y cualquiera podía acercarse a los gobernantes. También se escuchaban problemas que la gente quiso presentar, ya que con las limitaciones políticas, difícilmente llegaban a los reyes.
Los guardianes fungieron como jefes de seguridad, los otros clanes cooperaron con gente que estuviera bajo su mando, pero las medidas de protección eran para toda la gente, no solo para la pareja.
También se les regalaba una caja llena de víveres a los que estaban más necesitados, lo que les sirvió para hacer una especie de censo y buscar acciones para erradicar la pobreza.
Los novios son anunciados con melodías suaves de la combinación de instrumentos de cuerdas y de viento. Salen de atrás de unas cortinas, en extremos opuestos. Iris sale del lado derecho de la audiencia, portando un vestido de tela georgette, corte sirena en color marfil, con escote recto y un broche de esmeraldas en el centro, tiene tirantes gruesos caídos, todas las terminaciones tenían tejidos de flores en color verde muy pálido; la parte de abajo también era toda de encaje del mismo estilo. No se utiliza el velo, sino una máscara, la mujer la porta en color plateado con brillo, simulando la luna. Nuevamente no lleva zapatos, por tradición de su clan, en su lugar, lleva dos hermosas tobilleras tejidas, a juego con el vestido, formando una especie de triángulo con terminación de anillo para el segundo dedo del pie y algunas esmeraldas en las puntas destinadas para ello. Ángel usa en cambio una mascara dorada simbolizando al sol; su traje a dos piezas, de pantalón recto y camisa de manga larga, abierta, dejando colgar la tela como si fuera cortina y el cuello con cerrado en "v" cruzada; todo el conjunto es de color gris claro, también porta un complejo accesorio, tipo collar de cadenas de oro con zafiros que terminan en los extremos, donde comienzan las mangas; lleva igual unos gruesos pulsos de oro con incrustaciones de zafiro, los zapatos son tipo alpargatas a juego con el conjunto.