Sinopsis:
Tras un evento traumático para su familia, Iris es obligada a vivir en cautiverio, desde los 5 años, con estrictas reglas para protegerla.
Su vida da un giro inesperado, cuando viaja a otro mundo, uno lleno de magia y seres místicos, muy...
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La tarde estaba avanzando, Rina comenzaba a sentirse cansada de estar en su silla, así que le pide a Dean que la lleve a su habitación, para que pueda recostarse y dormir la siesta. Salma también se excusa, pues debe continuar con sus labores, lo que crea la oportunidad que quizá las tres personas restantes estaban ansiando tener. André se dispone a retirarse también, pero Iris lo detiene.
—¿P-podemos hablar? —titubea.
—Desde luego —responde con un tono que mezcla alivio y temor. Su mirada inconscientemente se desvía hacia Ángel.
—Creo que sería bueno ir a tu oficina. Son temas algo delicados y Ángel está relacionado —pide Iris.
—Claro, vamos.
Al llegar, los dos jóvenes se notan nerviosos, André está acostumbrado a lidiar con situaciones similares, por la naturaleza de su trabajo, así que abre la conversación.
—Ha sido una noche y un día complicados, pero nos ha servido no presionar las cosas. Por lo pronto, quisiera ofrecerte de nuevo una disculpa, Ángel; he sido descortés contigo debido a la prontitud y la velocidad de los eventos recientes. No fue mi intención ser grosero con el invitado de Iris y si bien, aún no sé los motivos de que estés aquí, nada excusa mi comportamiento. Antes de que mi hermano cambiara, se les daba asilo a personas desconocidas, no veo razón para no hacerlo de nuevo; por lo tanto, quiero que te puedas sentir tranquilo en esta casa y de ser posible, en mi presencia. Además, quiero ofrecer este espacio para escucharlos a ambos y espero que puedan confiar en mí.
Iris siente que la tensión baja, al escuchar a su tío hablar de nuevo como lo recuerda antes de partir, siempre considerado, amable y comprensivo.
—Bien... no sé por dónde empezar, pero creo que primero necesito hacerte una pregunta...
—Hazla, por favor —pide al tiempo que les da la señal de sentarse y él se acomoda tras su escritorio.
—Tío... conoces los orígenes de mis padres, ¿cierto?
—¿Orígenes?, pues ya lo sabes, Takuya y yo somos hijos adoptivos de Shuichi Ikemori, y tu madre viene de un convento, así que...
—Si, esa historia la sé, pero... es decir, si no lo sabes, te creeré, pero lo que tengo que contar, será más difícil de asimilar.
—Está bien, quiero escuchar lo que tengan que decir.
Ambos se miran y ella se queda pasmada, con la boca entreabierta, aunque sus ojos ya muestran querer contar algo, su mente se siente revuelta, su corazón está alterado y las palabras no logran salir. Por su lado, Ángel entrelaza sus manos y se queda viéndolas, aún ansioso, sin saber cómo apoyar a su amiga, anticipando la reacción que tendrá el tío de Iris. Pero André espera paciente, con la mirada más neutral que puede poner, relajando su respiración, preparándose, pues comprende que lo que sea que tengan que decirle, no será sencillo de asimilar.