Sinopsis:
Tras un evento traumático para su familia, Iris es obligada a vivir en cautiverio, desde los 5 años, con estrictas reglas para protegerla.
Su vida da un giro inesperado, cuando viaja a otro mundo, uno lleno de magia y seres místicos, muy...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al poco tiempo de terminar de cenar, Salma regresa para recoger la mesa y al retirarse, se cruza con André, quien le da las gracias, a lo que ella responde que es un placer.
—Espero que haya sido de su agrado —dice André, a los jóvenes.
—¡Ah, extrañaba esto! —dice con satisfacción, mientras se toca el estómago—, ¡los panes caseros y el chocolate caliente que prepara la señora Salma son lo mejor!, ¿no lo crees, Ángel?
—Estaban deliciosos, se notaba la delicadeza en la preparación... Me encantaría aprender a hacerlos.
—Es cierto, tú eres un excelente cocinero, seguro se llevarán bien...
—Debo disculparme —interviene André—, quizás es demasiado apresurado, pero es algo tarde...
—Ah... tío —interrumpe—, disculpame, pero necesito que preparen una habitación para Ángel.
—¿Cómo?
—Él no tiene a donde ir... tengo muchas cosas que contarte, pero sería mejor si mi padre estuviera aquí...
—Eh... Bueno, Iris, no quiero ser grosero con nuestro invitado, pero, ¿podemos hablar un momento a solas?
—Está bien por mí... —dice el joven.
—No, Ángel es de mi entera confianza, cualquier cosa que tengas que decir, puedes hacerlo frente a él.
André se sorprende ante la firmeza con la que escucha hablar a su sobrina y esboza una pequeña sonrisa que denota orgullo.
—Has cambiado bastante, casi no puedo reconocerte, aunque no me desagrada, pues eres más segura al hablar, pero lo que estás pidiendo no es lo más apropiado.
—Lo sé, pero hablo en serio y esto va más allá de que solo pida que un extraño se quede...
—Entiendo... está bien, si insistes, hablaré aquí —expresa aún dudoso. Pronto su semblante se oscurece, mostrando profunda tristeza—, pero no estoy seguro de cómo decir esto...
—Nunca te había visto dudar así, tío, se que algo has estado evitando decirme... —dice mientras se levanta y se acerca a André—, ¿tiene que ver con papá?
El hombre asiente y se lleva la mano al rostro cubriendo sus ojos.
—Takuya está en su habitación...
Al notar la voz rota de André, la joven siente que algo no está bien.
—Me estás asustando, iré a verlo —dice y arranca a correr.
—¡Iris! —grita André en un intento inutil de detenerla.
—Esto suena serio —comenta Ángel—, me gustaría irme para darles espacio, pero estoy aquí por algo importante, aunque no es urgente, es verdad que no tengo a donde ir y tampoco quiero dejarla.