LXXXI - La llave

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Cuando Angeline empieza a mover su cuerpecito entre los brazos de sus padres, sus ojos empiezan a abrirse

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Cuando Angeline empieza a mover su cuerpecito entre los brazos de sus padres, sus ojos empiezan a abrirse. Esto suele ser algunos días después del nacimiento y es cuando se libera la primera parte de su poder, es por ello que el ritual de los arcillos, debe hacerse antes de que eso suceda.

—Esto no es bueno, si ella abre los ojos ahora, podría hacernos daño —advierte Aragonito.

—Sostendré sus ojos.

—Eso no sirve y su poder puede dañarla.

—¡Traigan los canalizadores! —grita Angel.

—No hay tiempo —dice Zircon—, necesitaremos ponerla dentro de una barrera.

—Esperen, los tesoros, mi madre los usó conmigo, ¿está Lea aun aquí?

—Está afuera.

—La llamaremos.

Adamantina entra y acerca los objetos a la niña, pero esto provoca que Angeline llore y los artículos comiencen a emitir un fuerte destello, acompañado de un ruido muy agudo, que los deja aturdidos por algún tiempo. Los ojos de Angeline se quedan entreabiertos.

—Nada de esto es común —afirma Aragonito.

—¿Será que ella siente algo? —menciona Adamantina.

—Quizá si la ponemos en un lugar tranquilo.

—Pero no podemos separarla de la madre ahora.

En ese mismo instante un grito de guerra viene de afuera y los alerta.

—¡Gobernantes de Zafiro, Esmeralda y Rubi! ¡Soy la reina de Diamante! He venido a exigir que entreguen a mi hija, se que ella está refugiandose en alguno de sus territorios. Si lo hacen sin resistirse, no les haré ningún daño. Volveré a mi territorio y olvidaremos todo esto.

Ángel se enfurece y a pesar de que Iris intenta calmarlo, se le escapa de las manos. Llama a sus súbditos para que lo sigan. Adamantina lo alcanza en el pasillo y se le planta enfrente.

—Sabes que es una provocación, no caigas en esto...

—¡Esa mujer no tiene perdón por lo que te hizo!

—Talvez, pero debes pensar en tu familia. Yo debo enfrentarla.

—Aunque te entreguemos, no creo que viniera solo a eso.

—No, ella sabe que tengo los tesoros, si con ellos puedo evitar su poder, no dudaré en usarlos.

—Pero eso es al azar, no se pueden controlar, tienen que responder a ti.

—Ya lo hicieron antes... sobreviví gracias a ellos.

—¿Por qué los robaste?

—¡Clanes! —grita Adámas—. ¡No soy una angelus paciente!, contaré hasta tres y mi gente avanzará aleatoriamente hacia sus territorios, para buscarla, oh y les aseguro que no se limitarán a preguntar. ¡Uno!

Angeline #PGP2025Donde viven las historias. Descúbrelo ahora