—Deja de insistir — espeté con una sonrisa en los labios.Me eché el pelo para atrás y tomé un sorbo de mi mojito de fresa. Durante los últimos meses, se había convertido en mi bebida favorita. La había descubierto estando en Ginebra. Al final, marcharme, salir de mi zona de confort, había acabado por convertirse en una de las mejores experiencias de mi vida.
April me lanzó una mirada mordaz y puso los brazos en jarra. Rodé los ojos y le di la espalda, intentando evitar su ineludible parloteo. Como era de esperar, me siguió a la sala de estar.
A pesar de que llevábamos instaladas en ese piso desde septiembre, aún no lo habíamos terminado de decorar. Se notaba que era el hogar de dos estudiantes. Contaba con dos dormitorios, un aseo, un baño de dos piezas, una cocina y un salón.
Ambas nos habíamos graduado en el instituto y habíamos entrado en la misma universidad. April estaba estudiando psicología. Yo, por otro lado, y ante la sorpresa de todos (incluso de la mía), había terminado por matricularme en el grado de trabajo social.
Estando en Suiza, había hecho un voluntariado en una residencia de mayores. De esa forma, había descubierto una nueva Summer. Ayudar a los demás me llenaba de felicidad. Por ese motivo, había optado por formarme en el sector de los servicios sociales. Cada día estaba más convencida de que aquella era mi verdadera vocación.
—No seas muermo —gruñó April, cambiando de estrategia y mirándome con carita de cachorro —. No hemos salido ni una vez desde que vivimos juntas. Y ya han pasado más de dos meses.
—Pues no pasará nada si lo posponemos un poco más.
Tomando asiento a mi lado, siguió mirándome de aquella manera. Tenía que conseguir salir de allí antes de que me convenciera.
—Pero es la noche de las hogueras. Podemos volver temprano— se apresuró a rebatir, claramente emocionada ante la idea.
El cinco de noviembre de 1605, un grupo de católicos atentaron contra la aristocracia protestante inglesa. Quisieron asesinar al rey Jacob I de Inglaterra con la ayuda de unos explosivos. Sin embargo, el Gobierno logró destapar la trama. Por este motivo, desde entonces, se celebra la noche de las hogueras cada cinco de noviembre, para celebrar que el grupo de católicos no lograron su cometido. Numerosas localidades del país se llenan de hogueras y de fuegos artificiales.
— Noche de chicas. ¿Qué me dices?
—Digo que estoy muy cansada. Ha sido una semana de locos y lo único que me apetece es ponerme el pijama y beberme una cantidad indecente de mojitos.
Vi una bola naranja por el rabillo del ojo y me di un par de palmadas en las piernas. El animal no tardó en acomodarse en el lugar, ronroneando y amasando mis muslos.
April y yo habíamos adoptado a Ron hacía un mes. A pesar de ser un gato adulto, se había adaptado a la perfección al nuevo hogar. Era el rey de la casa.
—Hagamos un trato — propuso April, en un último intento desesperado de convencerme. Reprimí una sonrisa, a sabiendas de que solo negociaba cuando no le quedaba otra opción —. Si me acompañas voy a lavar los platos durante dos semanas.
Me mordí el labio inferior. Me conocía de sobra. Sabía que no había cosa que me diera más pereza que lavar los platos.
—Odio que consigas salirte siempre con la tuya — refunfuñé por lo bajo, a lo que ella contestó con un alarido de emoción —. No cantes victoria — añadí —, saldré contigo si también te encargas de poner lavadoras.
—¡Trato hecho!
******
Cogí la manzana caramelizada y le di un bocado mientras esperaba a que April saliera de los servicios. Wimbledon Park estaba lleno de gente. Además de las hogueras, había puestecitos de comida y atracciones. Mañana era festivo, por lo que también se podían ver muchas familias con niños disfrutando de la velada.
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Efecto calor [1]
RomanceSummer se cuela en ese club porque quiere conocer a Marc. Él es famoso y no sospecha que ella es menor de edad. No se imaginan los problemas que acarreará para ambos esa situación. ****** Esta historia tiene un spin off titulado "Efecto Hardwicke". ...