Capítulo 32

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El domingo por la mañana dormí hasta tarde. El viernes Ben había publicado unas fotos un poco sospechosas del Meet and great del concierto y aquello había desencadenado un tsunami de noticias. Labor se había convertido el centro de todas las miradas. No sabía muy bien quién era la chica que aparecía en esas fotos, pero se había armado un buen revuelo en su causa.

Había sido casi imposible establecer comunicación con Marc desde entonces. Solo me había contestado a un mensaje en el que me había dicho que él y los chicos estaban reunidos con Promanagement para decidir qué pasaría a continuación.

El martes por la noche me llamó y me explicó que el tema ya se había resuelto. A parecer, Gala, la chica de las fotos, había accedido a hacerse pasar por la novia de Ben para que la prensa dejara de especular acerca de otros temas que involucraban a la banda. No comprendí muy bien a que se refería al decirme que aquello le facilitaría las cosas a Ben, pero no le di más importancia y prometí guardar el secreto.

La semana transcurrió de la misma manera. Nos llamábamos y nos enviábamos mensajes esporádicos. Faltaba muy poco para que publicaran un nuevo álbum y todos los miembros estaban sumergidos en los retoques finales y la grabación del videoclip del single.

Entendía que Marc tuviera mucho trabajo, pero eso no hacía que no lo echara de menos y me muriera de ganas por pasar un rato con él.

Cuando llegó el fin de semana, estaba de un humor de perros. Cansada de ver que no dejaba de mirar el móvil cada dos minutos, April me sugirió que saliéramos a tomar algo esa noche. Acepté. Necesitaba desconectar un rato. Fotos de todos los miembros de Labor yendo al Groucho club tras la grabación del videoclip habían inundado las redes esa tarde y  no había dejado de preguntarme por qué Marc no me había dicho nada en todo el día.

Después de cenar, abandonamos nuestro apartamento vestidas de forma casual. Decidimos ir a un bar de cocktails que hacía una temporada que queríamos visitar. Era bastante popular entre los estudiantes, por lo que, al llegar, no me sorprendió observar que estaba totalmente abarrotado.

Nos sentamos en una mesa que había en una esquina del local y nos pedimos una primera ronda de bebidas. La luz ambiente, la música Chill out y la risa de la gente hicieron que dejara de pensar en Marc por un rato.

—Spenser y yo lo hemos dejado— me dijo April cuando nos pedimos la segunda ronda, tomándome totalmente por sorpresa —. Nos seguimos queriendo, pero no estamos en el mismo punto — confesó tras preguntarle el motivo de la ruptura —. Queremos cosas diferentes y lo que sentimos el uno por el otro se ha ido desgastando con el tiempo. Hemos hecho lo mejor para los dos.

Vi que se le inundaban los ojos de lágrimas y abandoné mi asiento sin pensármelo dos veces. La abracé y le planté un beso en la frente. ¿Cómo era posible que no hubiera notado su malestar?

—Siento no haberme dado cuenta de que lo estabas pasando mal— mascullé, separándome de ella y enjuagando las lágrimas que se resbalaban por sus mejillas —. Te quiero mucho.

—No te pongas cursi— musitó, dibujando una sonrisa malévola con los labios. Me estremecí —. Ya sé cómo puedes compensarme —. Hizo una pausa dramática y tragué saliva —. Hoy vamos a beber hasta que caigamos redondas.

******

A la mañana siguiente me levanté con un fuerte dolor de cabeza. Tenía la boca pastosa y seca y lo último que recordaba era haber bailado con April sobre la barra del bar.

Rodé sobre mí misma y enterré la cabeza en el cojín, prometiéndome que no volvería a beber en la vida. Entonces, imágenes borrosas y confusas se colaron en mi mente y se me puso la piel de gallina.

Efecto calor [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora