Spencer regresó con dos copas nuevas y nos las entregó. A continuación, rodeó a April por la cintura y la besó en la frente. Di un largo trago a mi consumición.— Tómatelo con calma— me aconsejó él al percatarse de que me había bebido la mitad de la copa.
— Marc Petterson acaba de saludarla— explicó April, correspondiendo su abrazo.
Sonreí ampliamente y me mordí el labio inferior. Todo aquello era surrealista.
— Creo que ya me puedo morir en paz— susurré, incapaz de dejar de visualizar su insinuante sonrisa en mi mente —. Por un momento creí que iba desmayarme.
—Lo has hecho muy bien. Creí que te pondrías a chillar como una loca —. April me dirigió una mirada afectuosa —. Vamos a pedirle un selfie.
— No— rebatí, con los nervios a flor de piel —. No quiero molestarlo.
—¿Estás segura?
Asentí y tomé otro pequeño sorbo de la copa. A esas alturas, mis pupilas gustativas ya se habían acostumbrado al sabor del alcohol. Dejé que mi mente reviviera el encuentro con Marc otra vez y dibujé una sonrisa soñadora en mi rostro. Estaba siendo la mejor noche de mi vida.
— Estás impresionante, Summer — comentó alguien a mi espalda.
Al girarme, me encontré con uno intensos ojos marrones y suspiré con desagrado.
Por favor, que no me estropee la noche.
— Thomas — espeté, incapaz de esconder el fastidio en el tono de mi voz.
— ¿No te alegras de verme, cariño?
Se acercó a mí e intentó abrazarme, pero retrocedí y dejé claro que era mejor que mantuviera las distancias.
— No me llames así.
— Antes te gustaba.
Le lancé una mirada envenenada.
— Tú lo has dicho. Antes — contesté, exasperada —. Dejó de gustarme cuando decidiste ser un auténtico incordio.
Frunció el ceño y se cruzó de brazos. La sonrisa había desaparecido de sus facciones. Bajé la mirada y aguardé a su ataque verbal. Era la reacción que tenía cada vez que lo rechazaba.
— ¿Cuántas veces tengo que repetirte que lo siento? — preguntó, en tono mordaz —. Creo que me merezco otra oportunidad.
Solté una carcajada carente de humor, echándome el pelo para atrás. No me lo podía creer.
— No empieces.
— Tómate algo conmigo y hablémoslo más tranquilamente.
La incredulidad se apoderó de mí, al igual que la rabia. Lo miré directamente durante unos segundos. Sus facciones antes me habían parecido atractivas, honestas. Sin embargo, ahora solo veía a alguien egoísta y dañino.
—No.
Al girarme hacia April, encontré el remordimiento en sus ojos. Negué levemente con la cabeza, dándole a entender que no tenía de que preocuparse.
— Ahora vuelvo — le dije.
Ella asintió con comprensión. Necesitaba perder a Thomas de vista.
— Ni se te ocurra seguirla — la escuché decir, en tono de advertencia.
Caminé hacia una salida de emergencia sin mirar atrás. Al abrirla, me descubrí en una terraza. Los presentes allí fumaban y hablaban animadamente. Me acerqué a una barandilla y miré al cielo. Como era habitual en Londres, estaba nublado. Mi móvil marcaba que ya eran las once y media. Si no volvía con April pronto, no podría ver los fuegos artificiales con ella. Pero no me apetecía volver a discutir con Thomas. Puede que venir hubiera sido una mala idea.

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Efecto calor [1]
RomanceSummer se cuela en ese club porque quiere conocer a Marc. Él es famoso y no sospecha que ella es menor de edad. No se imaginan los problemas que acarreará para ambos esa situación. ****** Esta historia tiene un spin off titulado "Efecto Hardwicke". ...