Efecto calor [1]

Capítulo 33

Por un momento, cerré los ojos y pretendí que aquello no era real, que todo era una pesadilla y que me despertaría de un momento a otro.

¿Cómo había llegado a esa situación? ¿Qué diablos había hecho?

—¿Os he despertado? — masculló Marc con una sonrisa titubeante en los labios, percatándose del silencio que nos había envuelto tras su llegada.

—No — se apresuró a decir April, devolviéndole una sonrisa débil y haciendo el amago de ir a la cocina —. Prepararé té.

Abrí los ojos y me perdí en la intensidad de su mirada. Sus brazos seguían a mi alrededor, el ramo de rosas entre sus manos.

—Sé que estás enfadada — dijo, retrocediendo un paso y extendiendo las rosas en mi dirección.

Las cogí y sentí una brecha espeluznante abriéndose paso en mi pecho. 

Había estado con otro, alguien que no era Marc. Había arruinado algo único, el vínculo con la única persona que había conseguido que me sintiera como en casa con su sola presencia. 

» Quedan nueve días para la publicación del álbum — susurró, acercándose de nuevo a mí y acariciándome la mejilla —. Una semana y media. Luego podremos vernos las veces que quieras. Te hartarás de mí

Clavé mi atención en el suelo en un intento de evitar su escrutinio. Jamás me lo perdonaría. Lo perdería para siempre. 

» Summer — le escuché musitar —. Te prometo que te lo compensaré.

Me atrajo de nuevo hacia su pecho y me dejé envolver por la calidez de sus brazos, el tenue roce de sus labios contra la piel de mi frente. 

¿Cómo se supone que iba a contárselo? ¿Qué iba a decirle? 

La puerta crujió y me giré, notando como los latidos de mi corazón se tornaban frenéticos al ver que Dan acababa de entrar. Tenía los ojos como platos y parecía nervioso. Al menos se había vestido.

El hecho de verlos a ambos en la misma habitación hizo que se me revolviera el estómago. 

Entreabrió los labios y cogió aire de forma sonora.

—Dan — logré articular, con el corazón en un puño.

—¿Marc Petterson? — preguntó él, y su voz sonó más aguda de lo habitual —. ¿El guitarrista de Labor?

Se me puso la piel de gallina y me tensé entre los brazos de Marc, quien pareció leer mi expresión de pánico y me devolvió una mirada confundida.

—El mismo. Un placer — contestó, soltándome y dando un paso al frente, extendiendo su mano en su dirección a modo de presentación —. Supongo formas parte del fandom.

Los ojos castaños del aludido viajaron entre mi rostro y el de Marc, demasiado pasmado como para contestar. A continuación, le estrechó la mano y sus labios trazaron una sonrisa que denotaba de todo menos tranquilidad.

Me encogí en mi posición y tragué saliva con dificultad cuando me miró. A esas alturas me resultó imposible intentar disimular el pánico en mis facciones. Los ojos se me inundaron de lágrimas y clavé la atención al suelo para evitar que lo viera.

» Dan, ¿verdad? — añadió Marc

La puerta de la cocina se abrió antes de que el aludido pudiera contestar. April apareció cargada con una bandeja llena de tazas y una jarra con té recién hecho.

—Buenos días, cielo — dijo, lanzándole una mirada afectuosa a Dan y una de advertencia a mí. Me estremecí mientras veía como dejaba la bandeja sobre la mesa y le plantaba un beso en los labios a Dan —. Me lo pasé genial anoche.