Once Upon A Time...《Peter Pan》

Capítulo 2

Hoy es lunes, instituto. No me puedo quejar. Digamos que soy una 'empollona'; me va todo bien, aunque eso no quita que no lo odie. Me levanté de la cama y bajé a desayunar. Me sorprendió ver a Marta en el sofá, ya que siempre está en el bar.
Yo- Buenos días. -Dije mientras echaba leche en una taza.
Marta- Hola.
Las conversaciones con ella solían ser así,  dos o tres palabras y fuera. Me preparé un par de tostadas. Mientras se hacían, subí y me vestí. Me puse una camiseta básica rosa palo con un cardigan encima y unos tejanos claros. Me peiné el pelo en una trenza al lado derecho y me eché un poco de maquillaje. Cojí mi mochila y la baje al recibidor. Fui a por las tostadas y las unté en mantequilla. Cuando acabé de comer, vinieron Yaiza y su padre en el coche para acompañarme al instituto. Salí de casa sin despedirme siquiera y me monté en el coche.
Yaiza- ¡Hola!
Yo- ¡Hey! Que, ¿has estudiado mucho?
Yaiza- Que va... Eso te lo dejo a ti. Yo luego me copio y punto, que es más fácil. -Reímos al unísono.- ¿Qué harás esta tarde?
Yo- Ni idea, pero si me vas a invitar a ir a dar un paseo por el parque para que pueda salir un poco de casa, te diré gustosa que sí.
Yaiza- ¿Lees mentes?
Yo- Algo así.
Cuando llegamos al colegio bajamos del coche. Al cerrar la puerta del automóvil, ésta me dio un calambre en la mano, que hizo que pegara un grito.
Yaiza- ¿Qué haces, pava?
Yo- Anda calla, que te calambro.
Entramos a clase. Por si lo dudabais, nos sentamos juntas. Nos tocaba historia. Estábamos estudiando la historia de Grecia, pero yo, por una vez en la vida, no estaba atendiendo a la explicación . Me sentía rara, no sabría explicarlo. Pero una notita voladora que aterrizó en mi mesa me hizo volver a la realidad:
¿Qué te pasa? Que la más lista, la empollona suprema de clase, no esté atendiendo a la clase es algo muy raro.
                 -Gerard
La verdad es que tenía razón. Me encontraba fatal. Le pedí permiso a mi tutor para poder salir cinco minutos a que me diese el aire y me dejó. Como las puertas que daban al patio estaban cerradas para evitar que los alumnos se escapen, me fui al baño. Allí había una ventana enorme por la cual podías ver la parte trasera del patio. Se me dibujó una sonrisa cuando ví el rincón. Ese rincón donde el primer día de instituto estaba yo sentada y Yaiza se acercó a mi para no estar sola. Han pasado ya casi tres años desde ese día y Yaiza es mi mejor amiga, como mi gemela, inseparable. Pero esa sonrisa y todos esos bellos recuerdos se esfumaron cuando vi que detrás de unos arbustos había algo que se movía. Era un muchacho mayor que yo, vestido con una especie de capa con capucha. Se le veía una cicatriz en la mejilla. No lo había visto en la vida, así que pensé que era uno que se había colado a saber para qué. Me quedé mirándolo fijamente. Cuando se percató de mi mirada, se fue por donde había venido. ¿Quién era ese niño tan raro? Daba igual. Decidí volver a clase.