Once Upon A Time...《Peter Pan》

Capítulo 19 / Parte 2

Hoy era el cumpleaños de Aurora. Nada más desperté, fuí en su busca y la felicité con un tierno abrazo. Cada una se pasó la mañana en sus respectivas habitaciones: ella con sus hadas y yo con Campanilla. Me estaba haciendo un vestido para el banquete de la noche. Mientras ella intentaba no clavarme agujas (no sé el por qué pero no usó magia), yo pensaba. Me paso la vida pensando, lo sé.
Bueno, pues pensaba en el hechizo de Maléfica. 《Si yo me pincho, caeré dormida, así como también los habitantes del reino. Y si caigo dormida, ¿cómo despertaré? Imagino que será con un beso de amor verdadero. Pero... ¿quién vendrá a despertarme? Solo se me ocurría una persona. Y ese era Pan.》
Pensé en él ya que si yo conseguí  "algo" cuando salvé la isla, él conseguiría "algo" en el reino, ¿no?
《Seguro que no. Ya no nos tenemos el aprecio que nos teníamos antes.》
Me acordé de sus perfectas facciones. Su cabello castaño, sus ojos verde esmeralda que atraviesan, todo él.
No sé por qué lo niego tanto. Sí, sigo enamorada de Peter Pan.
Me reí por mis repentinos cambios de pensamiento.
Campanilla- ¿De qué te ríes?
Yo- Nada... Cosas mías. - Le sonreí dulcemente y ella me imitó.
Campanilla- Perfecto.- Dijo mientras yo daba una vuelta sobre mí misma, haciendo volar el bajo del vestido. Era hermoso. Era azul de palabra de honor con mucho vuelo, y la parte de arriba con brillo.
Yo- Es... increíble. Gracias. - La abracé.
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Era el comienzo de la fiesta. Aurora y yo, junto al rey, estábamos en pie saludando a los invitados que llegaban. No habían venido muchos aún, tan solo cuatro parejas. Cuando me dí cuenta de un detalle: me faltaba ponerme la corona.
Yo- Aurora, voy a mí alcoba.
Aurora- ¿Por qué, qué pasa?
Yo- Nada, me la he dejado. - Dije señalando mi cabeza.
Subiendo por las escaleras que se veían desde cualquier parte de la sala del banquete, sentí un escalofrío recorrerme de la cabeza a los pies.
Una vez en mi alcoba, ví mi tiara echada encima de la cama. Al cogerla y colocármela, escuché la puerta cerrarse tras de mí. Me llegó un perfume que conocía perfectamente, que echaba de menos y repudiaba a la vez. Me tensé de golpe. Me quedé inmóvil, dandole la espalda.
Yo- ¿Otra vez aquí, Pan?
Pan- He venido a ver lo guapa que estás.
Yo- Pues ya puedes irte.
Pan- Aún no te he visto del todo.- Tomó mi brazo para girarme y hacer que le mirara de frente, pero yo impedí que lo hiciera. Mi orgullo me lo impedía.- Sé lo de Maléfica. Ni se te ocurra ir.
Yo- ¿Ahora te preocupas por mí? - Me giré.
Pan- No. No sólo ahora. Ha sido siempre.
Reí irónicamente y lo miré con odio. Dió dos pasos para acercarse más a mí, pero cuando estuvo más cerca le puse una mano en el pecho para que parara. Los dos mirábamos la mano. Las lágrimas empezaron a bajar por mi rostro.
Yo- No, Pan. No te acerques más a mí. Te lo suplico. Vete.
Pan- No me iré.
Yo- Vete del reino. Y no vuelvas a pisarlo jamás.
Pan me miró a los ojos y se marchó dejando esa niebla verde que siempre le acompaña.
Lo que acabo de hacer lo me lo perdonaré en la vida.
Me dejé caer al suelo de rodillas y empecé a llorar tapandome el rostro con las manos.