Capítulo 4

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Miré a Yaiza. Me miró. Estábamos confusas, sorprendidas y yo asustada además.
Yo- ¿Lo has visto ahora...?
Yaiza- Sí... ¿Eso quiere decir que me estoy volviendo loca yo también?
Yo- Ni idea... -me giré con normalidad hacia la dependienta.- Bueno... Cóbranos, por favor. Le juro que nos lo ha dado su madre.
Dependienta- Tranquila, esa mujer no está del todo centrada. Cada día viene y monta un pollo. - Rió.
Yo no me la creí. Se hizo la 'maja, simpática y agradable dependienta' porque solo quería el dinero. Seguro que era por eso. Existe mucha gente así. Nos cobró y salimos a la calle. Decidimos sentarnos en un banco para poder asumir (mas bien para que Yaiza pueda asumir) lo que ha pasado con el chico.
Yo- Entonces, ¿Me crees ahora y no piensas que mi 'magnífica y prestigiosa mente' haya imaginado a ese raro?
Yaiza - Sigo sin creer que sea real. Creo que me estás contagiando tu enfermedad mental.- Me lo dijo super borde, pero no pudo aguantarse la risa.
Yo- Lo que me vas a contagiar tu a mí es tu gilipollez. Toma tu mitad. ¿Te ayudo a ponértelo?
Yaiza - Sí, please.
Nos pusimos los collares mutuamente y cuando estuvieron puestos los juntamos.
Yo- Qué monos...
Yaiza- Me queda mejor a mí, pero sigue con tus ilusiones.
Yo- ¡Aquí os presento a la niña más borde que pueda existir en todo lo mundo! Menos mal que la conozco... Si no, pobre de ella...
Reímos por el comentario y decidimos seguir nuestro camino a casa.
Por la tarde no podíamos quedar, porque la habían castigado al salir tarde del instituto, así que decidí arreglar mi cuarto. La habitación es enorme: tal y como entras, a mano izquierda hay un escritorio y al lado la cama, pegados a la pared. Desde la puerta, mirando al frente, hay una gran ventana que da a un pequeño balcón. Al lado de la ventana, tengo un baúl de recuerdos de cuando yo era niña, el cual no me he parado a mirar por dentro nunca. A la derecha del todo hay un gran armario que ocupa la pared entera.
Encendí la radio, con el volumen al máximo y empecé a recoger. El escritorio está siempre ordenado ya que siempre que termino los deberes lo arreglo un poco. El armario fue lo siguiente. Iba probándome todas las prendas de ropa para ver como me quedaban. Las que me venían pequeñas las metí en bolsas para llevarlas a los contenedores estos especiales para la ropa. Ya que yo ya no lo puedo aprovechar, que lo aproveche otra persona. Tardé unas tres o cuatro horas en acabar el armario. Sólo me quedaba el baúl. Tenía ganas de abrirlo y verlo por primera vez por dentro. Abrí la tapa del viejo baúl y empecé a recordar momentos de mi infancia. Todo eran muñecas y trajes de películas de princesas Disney. A parte de princesas, también abundaban mucho muñecos y un disfraz de Peter Pan. ¿Yo vestida de Peter Pan? Seguí mirando hasta el final del baúl. En una especie de bolsa había un álbum de fotos. Lo abrí para recordar momentos. ¿Por qué nunca me había dado por mirar el baúl? Empecé a ojear las fotos. En casi todas salimos Marta y yo, sonriendo. ¿Y ahora? ¿Por qué me odia cuando de pequeña se le veía sonreír conmigo? Seguí mirando las fotos. En varias salía con un niño un poco mayor que yo en ese entonces. Pero lo que mes me llamó la atención fue una foto en especial. Salíamos ese niño y yo. Yo llevaba un vestido muy bonito de la Bella Durmiente y el niño vestía... de Peter Pan. Exactamente uno de los trajes que acabo de ver en mi baúl.

Once Upon A Time...《Peter Pan》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora