Once Upon A Time...《Peter Pan》

Capítulo 11

Era él. Inmediatamente solté la daga en el suelo y corrí hacia Félix para abrazarle. Pan desapareció rodeado por una niebla verde.
Yo- Me siento fatal por lo que te he dicho.
Félix- Tranquila, no sabías la verdad.
Yo- Bueno... -Me separé de él y me sequé las lágrimas que caían por mis mejillas con la manga de la camisa.- ¿Qué has estado haciendo todo edte tiempo?
Félix- Cómo ves, a mí sí que me ha afectado el paso del tiempo en esta isla, porque no me sentía del todo solo. Estabas tú. -ese comentario hizo que se me dibujara una sonrisa.- Aunque éramos unos críos que apenas llegábamos a los diez años, te quería y a mamá también. Pero el día en que llegué aquí deje de quererla. Me dejó en el parque solo jugando, cuando de pronto llegó un niño de unos diez años. Me empezó a decir que los cuentos de hadas no eran más que eso, cuentos de hadas. Y que Pan no existía, ni ningun otro personaje. Cuando se fue, le grité a sus espaldas que yo si creía en Pan y que tenía fe en ello.
Yo- Entonces vino la sombra y te llevó volando.
Félix- Exacto. Cuando desperté, ya en la isla, me encontré a Pan y al niño enfrente mío. Pan le puso la mano al niño en el hombro, y este creció hasta ser un adulto. En el suelo, se abrió una especie de portal mágico, por el cual el hombre saltó. No volvió a aparecer jamás. Tiempo más tarde, descubrí que él y Pan habían hecho un trato: él quedaba libre si traía a cambio a otro niño, uno que creyese completamente en Pan. Lleva igual, con la misma apariencia física desde que yo llegué aquí. A mí me trata mejor que a los demás. No sé la razón.
Yo- Trata bien a todos menos a mí.
Félix- Pues claro. ¿No te das cuenta?
Yo- ¿Qué? ¿De qué?
Félix- Intenta hacerte cambiar a la hora de ver las cosas. Tus amigos te quieren de verdad. En quien no confían es en mí. Por eso no estaban de acuerdo en que hablaras conmigo, porque querían protegerte.
Yo- Entonces... ¿Lo que ha dicho sobre ellos... lo de que les doy pena...? Sonaba convincente...
Félix- Es mentira. Lo dice para que te enfades con ellos y los dejes, y así ser una niña perdida.
Yo- Dios mío...
Félix- Bueno, ¿y tú que tal con Marta?
Yo- Mal, por no decir fatal. Todos estos años en los que tu no has estado en casa ella estaba ausente o borracha. Los primeros años en los que tú faltaste venía la vecina a hacer las tareas de casa. Pero desde los diez años las tareas las hago yo. No te mencionó nunca. Hace nada, en un baúl de mi cuarto, me encontré disfraces y un álbum de fotos. En muchas fotos salíamos juntos. Me contó toda la historia...- Me puse bastante seria al recordar lo mal que lo he pasado con Marta.
Félix- Tranquila, cuando regresemos a casa seremos una familia otra vez. Empezaremos de cero.
Yo- ¿Pero podremos volver? ¿Pan nos dejará salir de Nunca Jamás?
Félix- Eso espero...