Félix- No está muerto, Alba. Escapó. Se lanzó al agua y se fue a nado.
Yo- Bueno, no importa. ¿Cómo os saco yo de aquí...?
Yaiza- Usa la llave.
Yo- ¿Enserio? ¿Tengo pintas de llevar llave?
Yaiza- Yo que sé. Déjame, que estoy feliz.
Entonces se me ocurrió el único método que podía usar. Pasé la mano por la cerradura.
Yaiza- ¿Pero qué haces?
Yo- Shh, cállate un poco, pesada.
La cerradura se abrió, me miraban estupefactos, aunque Félix ya tendría que estar acostumbrado a la magia...
Yo- ¿A qué esperáis? - Les abrí la puerta empujandola y haciendo un gesto para que salieran. Los dos vinieron a abrazarme. Les respondí tiernamente.
Yo- Vamos, que arriba no están tan a gusto.
Cogieron unas espadas que habían por el suelo. Yaiza no sabía usarla, pero mejor una espada para defenderse que no llevar nada en mano. Cuando subimos arriba, la tripulación de Garfio, y él incluido, nos rodeaba. Pan y los niños perdidos estaban maniatados. Por suerte, ninguno de ellos había muerto. Están hechos unas máquinas de matar.
Garfio- ¿Creías que iba a ser tan fácil? -Me limité a mirarlo- ¿No vas a decir nada? Está bien, todos a la plancha.
Yo- ¡No! ¡Parad!- Garfio me miró, esperando a que siguiera hablando.- Sí me quieres a mí, aquí me tienes. Me quedaré en tu barco. Pero a ellos- Dije señalando a Yaiza, Félix, Pan y a los niños perdidos- les dejas libres. - Iban a protestar, pero yo lo impedí.- Quien tenga algo que decir que se lo guarde. La decisión está tomada.
Garfio- Soltadles -refiriéndose a Pan y los niños.
Pan vino rápidamente hacia mí.
Pan- ¿¡Qué haces!? ¿¡Estás loca!?
Yo- No lo estoy. Ahora vete.
Pan- Pero...
Yo- Vete. Confío en tí. Cuidalos, eh.
Pan- Vendré por tí. Lo prometo. -Se marchó. Se le veía impotente.
Uno a uno se fueron despidiendo de mí, y abandonando el navío. Me asomé y les miré. Llenos de heridas y con caras largas, me decían adiós los niños perdidos. Yaiza y Félix lloraban, eran los más afectados, lógicamente. Pan me miraba firme, manteniendo la compostura. En el fondo se veía que estaba hecho mil pedazos.
Me saqué el colgante de Yaiza de la bota. Quería lanzarselo, pero no llegaría ya que estábamos alejándonos. Hice que apareciera en la mano de Yaiza. Ésta me miró y gritó algo que no pude entender por la distancia. Garfio apareció detrás de mí, haciendo que me asustara.
Garfio- Buena decisión.
Lo miré y lo esquivé. Me fuí a sentar en el borde de la plancha, con los pies colgando. Allí seguro que no vendría a buscarme. Pasaron las horas, para mí como si fuesen años, y cayó la noche.
Garfio- ¿Vas a dormir ahí? Ven, a no ser que quieras caer al mar.- Volví con él.- Puedes hablar, no te cortaré la lengua ni nada por el estilo, eh. - Yo seguía sin mediar palabra. - Mira, esto lo has decidido tú. Ahora seras una de mi tripulación quieras o no.
Yo- Tomé esa decisión por que no tenía más remedio. Prefiero arriesgar mi vida que arriesgar la de la gente que me importa.-Comenté por lo bajo. Él solo me echó una mirada que claramente decía 'Eso no me importa, eso es cosa tuya'.
Garfio- No saldrás de este barco bajo ningún concepto. Siento hacer esto, pero he de asegurarme de que no desaparezcas.- me sopló una especie de polvos, que se convirtieron en una nube que me rodeó todo el cuerpo.
Yo- ¿Qué me has hecho?- gruñí.
Garfio- Quitarte la magia.
Iba a golpearle la cara, pero me agarró el brazo.
Garfio - Soy el capitán. Me harás caso. ¿De acuerdo?- Bajé el brazo en forma de respuesta.- Bien. Ahora, limpia el suelo. - me tendió una fregona. - Cuando acabes, coges esas mantas y ese montón de paja, y te acuestas. Mañana será otro día. - Se fue.
Ya no habían cuerpos sin vida por el suelo. Unos hombres los habían tirado por la borda. Fregué todo el suelo del navío. Cuando acabé, acomodé la paja y coloqué un par de mantas encima y debajo mío. No hacía mucho frío.
Empecé a pensar... A pensar en Alex. Muerto. En Will. Desaparecido. En Yaiza. ¿Se podría quedar por mucho tiempo aquí, en Nunca Jamás? No lo sé. En Félix y Pan. ¿Estarían todos bien y a salvo? No lo sé. No lo sabré nunca. Me quedé dormida.
La mañana siguiente, bueno, el día entero, se basó en limpiar, servir a borrachos con exceso de peso y arreglar cosas del barco. La verdad es que todos los días fueron así. Apenas comía. Perdí bastante peso con el paso de los días. Los huesos de las costillas se me marcaban. Un día hasta me desmayé. Desde entonces, Garfio parece cuidarme más. Me permite dormir en una litera sobrante. Como bastante mejor, y no me paso el día limpiando. Otros me ayudan. Garfio me permitió hacer combates (amistosos) contra hombres de la tripulación. Gané mucha agilidad y práctica con la espada y me enseñó a defenderme mejor.
Pero aún y así, me pasaba el día pensando en los que me importan. Pasaba las noches llorando hasta caer dormida. Pero tenía que acostumbrarme. Al fin y al cabo, así iba a pasar el resto de mis días. Siendo una pirata.
ESTÁS LEYENDO
Once Upon A Time...《Peter Pan》
ФанфикCuando desperté, me encontraba en una playa. ¿Dónde estaba? ¿Estaba realmente sola? Y lo más importante, ¿todo esto era real? Escuché un ruido que venía de detrás de mí, por unos árboles. - ¿Quién eres? - Empecé a mirar en todas direcciones, pero n...