Capítulo 12

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Félix me llevó hasta el campamento. Cuando llegamos, todos los niños perdidos estaban bailando alrededor de una hoguera.  Ví a Pan sentado en un tronco de un árbol tocando una zampoña. Era extraño, pero no podía oír la melodía del instrumento.
Yo- Félix... ¿Tú escuchas el sonido de la zampoña?
Félix- Sí. Dicen que sólo la oyen los que se sienten solos. ¿Tú la oyes?
Yo- No -Félix sonrió al oír mi respuesta.- .¿Pero por qué tú aún la escuchas?
Félix- Supongo que será porque Pan y yo somos muy amigos. Ven, te voy a presentar a Jack.
Nos acercamos a un chico, más o menos de mi edad. Me resultaba familiar. Muy familiar.
Yo- ¿Alex?
Félix- ¿Qué?
Yo- Nada, cosas mías.
Jack- Hola. Tú debes de ser Alba, ¿Me equivoco?
Yo- No, no lo haces.
Jack- Encantado. Yo soy Jack. Félix me ha hablado mucho de tí. Menos mal que ya estáis juntos.
Yo- Sí, está bien. -Forcé una sonrisa.- Oye, Félix, ¿dónde puedo ir a descansar? Hoy ha sido duro para mí.
Félix- ¿Ves aquella cabaña de la derecha? Es la mía. Quedate en ella hasta que tengas la tuya propia.
Yo- ¿Y tú qué vas a hacer?
Félix - Tú por mi no te preocupes. Puedo buscarme algún sitio.
Jack- Vente conmigo.
Yo- Gracias. - Abracé a Félix.- Encantada, Jack. Buenas noches.
Félix- Que descanses.
Me dirigí a la cabaña que Félix me había señalado. Era pequeña: solo había una cama individual, una mesita de noche y una ventana que daba a la parte opuesta de la hoguera. Me asomé a la ventana y ví a Pan discutir con un chico. Aparentaba unos 16, era pelirrojo y el color de los ojos no lo logré distinguir por la distancia a la que estábamos. Tampoco pude escuchar que decían por el mismo motivo.  Pero de pronto, Pan hundió su mano en el pecho del chico. El muchacho se estremecía de dolor y cayó al suelo. Pan le había arrancado el corazón. Lo sostenía sobre su mano, aunque durante poco tiempo: cerró su puño, y el corazón pasó a ser ceniza en cuestión de segundos. Tenía que ayudar al chico. Aunque ya había muerto... Más bien, Pan lo había matado. Ya no podía salvarle,  pero sentía la necesidad de hacer algo. Cuando Pan abandonó el lugar, salté por la ventana y me acerqué al cuerpo inerte del chico. Me arrodillé a su lado y le acaricié la frente. No lo conocía, pero era un simple muchacho que estaba solo, era un niño perdido.  Las lágrimas empezaban a caer por mis mejillas. Cerca de donde estábamos crecían unas florecillas silvestres que apenas conocía. Fuí, arranqué una y de la coloqué al chico en el pecho. Me sequé las lágrimas con  la manga de la camisa.
Me volví a la cabaña, y entré por donde había salido. Para mi sorpresa,  Pan estaba sentado en la cama.
Pan- Hola, niñata.
Yo- ¿Qué haces aquí?
Pan- Venía a darte las buenas noches.
Yo- No lo serán. He visto lo que le has hecho al chico.
Pan- William... Gracias a tí ahora sobrevivirá.
Yo- ¿Por qué?
Pan- La flor que le has puesto. Es capaz de devolverle la vida, solo que no tendrá corazón. Cuando te pase a tí,  nadie podrá salvarte. Nadie sabe lo de la flor. Si sigues actuando como lo llevas haciendo todo el día, acabarás así. ¿Te has enterado? -Asentí asustada.- Muy bien. Hasta mañana.

Once Upon A Time...《Peter Pan》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora