Capítulo 27

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La verdad es que habían menos niños de los que había visto mientras Pan explicaba el plan. ¿Donde estarían? Me puse nerviosa. Una mano posada en mi hombro me hizo volver a la realidad. Era Pan.
Pan- Apuesto a que pensabas en los chicos, ¿me equivoco? Están vigilando el campamento. Me lo dijo él.- señaló un niño que luchaba contra Garfio. Fuí hacia allí para luchar en su lugar.  Dejé a Pan con la palabra en la boca. Lo que Garfio quisiera tendría que hablarlo directamente conmigo.
Me puse al lado del chico, haciéndole un gesto con la cabeza para que se retirara, al cual asintió y se marchó.
Yo- Aquí me tienes.
Garfio- Buenas. ¿Qué, te has divertido con tus amiguitos? Oh, es verdad, que los tengo yo.
Empezamos a luchar. Sólo me defendía.
Yo- ¿Por qué me buscabas en el campamento?
Garfio- Porque mi relación con Pan no es muy buena, que digamos.
Yo- ¿Y qué tengo yo que ver en vuestros problemas?
Garfio- No te interesa, amiga.
Yo- Nosotros no somos amigos. -Dije cortante.
Garfio- Tranquila, el sentimiento es mutuo.
Yo- ¿ Entonces por qué me buscas?
Garfio- Porque quiero hacer sufrir a Pan.
Me estaba enfadando. No me respondía claramente, y eso me cabrea muchísimo. Empecé a atacar.
Yo- ¿Y por qué te los llevaste?
Garfio- Poco lista eres. Era un cebo. Sabía que vendrías a por ellos.  Era una forma simple pero eficaz de que vinieras por tí misma.
Ya está. La gota que colma el vaso: que me utilicen, que jueguen conmigo con el fin de un plan no muy bueno. Cada vez le atacaba con más rabia. En un momento, él se adelantó y me cortó el coletero que llevaba, con el pelo recogido en el moño. Por suerte el pelo se libró del corte. Aunque a parte de cortar el coletero, mi mejilla también sufrió un rasguño. Me tapé el corte con la mano. Busqué a Pan con la mirada. La furia se había convertido en miedo, nervios. Noté como me empezaba a marear. Suele pasarme cuando me pasan ese tipo de cosas. Aunque no suelen ser que me ataquen con una espada. De pronto,  Pan vino y me agarró por los hombros. Mi salvación.
Pan- Alba, están en el calabozo. Baja, yo me encargo de él.- Seguido, puso su mano en mi mejilla e hizo desaparecer la herida. Era la primera vez que veía a Pan hacer magia en este combate. No se por qué razón, me parece extraño. Pese a estar el corte curado yo seguía un poco mareada pero capaz de caminar. - ¡Vamos!
Mientras Pan distraía a Garfio, me escabullí entre la gente que luchaba. Habían muchos cuerpos en el suelo. No quería pararme a mirarlos, porque si veía a alguno de los niños perdidos me bloquearía. Seguí caminando, bajando y esquivando piratas, hasta llegar al calabozo. No era muy ancho, pero largo sí. Tenía celdas a ambos lados, y al fondo del largo pasillo se vislumbraba una. Cojí la antorcha que había en la entrada ya que parecía estar oscuro dentro de las celdas. Caminaba paso a paso, lentamente, iluminando la celda de mi izquierda para luego iluminar la de mi derecha, y así sucesivamente. Estaba aterrorizada viendo a los pobres hombres moribundos que me pedían auxilio. Estaba bloqueada. Unas voces hicieron que me despertara de mi "shock temporal". Era una voz femenina y una masculina, que gritaban mi nombre al unísono. Dos. Sólo dos. ¿Y la tercera? ¿Donde estaba la tercera? Fuí corriendo hacia la celda, con lágrimas en los ojos. 
Yo- Hola Yaiza. Hola Félix.
Yaiza- No llores por favor, que me contagio...- Dijo con una débil sonrisa.
Félix- ¿Estás bien? ¿Todos estáis bien?
Yo- Garfio tiró al agua a Alex. Y por lo que veo, Will también está muerto.

Once Upon A Time...《Peter Pan》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora