Capítulo 65: La partida

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Se había llegado el día, hoy me iba con mis tíos y aun no sabía nada sobre Dilan.

Me mamá me mantuvo incomunicada todo este tiempo, ni siquiera de Violeta me dejo despedirme.

Mientras hacia mi maleta, cansada, rota, pensaba en lo difícil que sería mi vida sin Dilan, sin sus bromas tontas y su forma tan brusca de hablar, pero que había aprendido a aceptar y hasta cierta parte, querer.

Que difícil va a ser crecer sin ti a mi lado, sin cumplir todo lo que nos prometimos, como va a doler Dilan, el cumplir todas nuestras metas yo sola. Pero él había decidido no buscarme, no luchar, no rescatarme.

¿Dónde estaba? No lo sé, se lo había tragado la tierra desde aquel incidente.

Yo ya no tenía lagrimas para llorarle, me dolía, muchísimo; pero ya no podía llorar, no me salía, solo estaba aquí, como una muerta viviente. No comía, no quería dejar de dormir, ni siquiera me he querido duchar, lo hice por mera obligación y para disfrutar de mi último baño caliente.

- ¿Estas lista Darla?- dijo mamá que me observaba desde el marco de la puerta

Solo asentí, no tenía fuerzas ni para hablar.

- Quiero que sepas que eres lo que más amo en este mundo y que es por tu bien Darla- dijo mamá.

Nunca entenderé tu amor mamá pensé, mientras cerraba mi última maleta.

Baje las escaleras y ahí estaba Leonard esperando con una cajita de regalo.

-Darla, te quiero dar esto y espero que encuentres la paz que necesitas con tus tíos – dijo mientras me daba el obsequio.

Mire la caja, después lo mire a él, tenía sus mismos ojos pero más apagados, esos ojos que me encantaban mirar de cerquitas, no pude evitar suspirar amargamente

- ¿puedo abrazarte?- pregunte débilmente

- ¡Claro Darla!- dijo mientras me jalaba para estrecharme contra su pecho – un duelo no es fácil de superar, pero debemos aceptar que la muerte es algo natural-

¿Muerte? Con que eso le había dicho de excusa mi mamá para mandarme lejos, la muerte de mi padre, muy astuto de su parte.

Me separe lentamente de Leonard y mire una vez más sus ojos, sería lo más cercano a mirar los ojos de Dilan por última vez...

- Sé que la partida de Dilan también te afecto por lo cercanos que eran...-

- Tenemos que irnos- interrumpió mi madre

Yo solo mire al piso y asentí, le lance una sonrisa a Leonard que más bien era una mueca y salí de mi hogar para subirme al auto.

Mientras observaba por el espejo como metían mis maletas, comencé a sentir como las lágrimas habían vuelto, se estaban asomando nuevamente.

En otra vida quizás Dilan, en otra vida todo será más sencillo y prometo buscarte en todas las vidas que tenga.

El auto arrancó, mi madre le dijo al taxista que nos llevara al aeropuerto y le pidió que fuera lo más rápido posible.

Mis lágrimas iban saliendo silenciosas mientras el auto avanzaba. El llanto no daba tregua y mi dolor tampoco. Sabía que jugar con fuego me podría quemar pero no matarme en vida.

Llegamos rápidamente al aeropuerto, mi mamá documento mi equipaje mientras mi última esperanza me obligaba a mirar a todos lados, deseosa de que el rostro de Dilan apareciera, pero la razón se burlaba de ella.

Eres una tonta pensé mientras seguía buscando su rostro entre la gente.

- Darla puedes pasar, ya van a abordar – dijo mi mamá dándome el pase

Mi mamá se acercó a mí y me abrazó, pude sentir como sollozaba en silencio.

- Espero algún día puedas entenderme cariño- dijo con los ojos llorosos mientras me acariciaba el rostro.

La abrace nuevamente, esta vez la apreté mucho, era mi madre, siempre iba a serlo, aunque me haga daño...

Toma mis maletas y entre a la sala donde la gente ya estaba haciendo fila para poder abordar.

Mientras avanzaba al avión, me despedía mentalmente de todo lo vivido, quizás mi madre tenía razón, quizás era lo mejor.

Cada risa, cada pelea, cada beso, cada canción, todo lo que había conformado nuestra historia, parecía que lo había empacado también, no me soltaban ¿Por qué me permití amarte?

Ya en mi asiento, desee con todo mi corazón, una de esas escenas cliché donde el protagonista va al aeropuerto a detener el avión, pero esto no era una película, y si lo fuera no tendría un final feliz.

La aeromoza nos daba las indicaciones de seguridad, mientras yo veía a través de la ventana, mientras pensaba en él, en lo que perdí, en como renuncio en quererme.

Y entonces despegó el avión... 

nota: Darla en galería

Mi Nuevo HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora